Raúl Castro
A las 7:00 de la mañana, ante miles de cubanos congregados en la Plaza de la Revolución Mariana Grajales, en Guantánamo, un toque de diana dio inicio a la celebración por el 59 aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, ocurrido el 26 de julio de 1953.
El acto, efectuado en la ciudad ubicada en el este de Cuba, fue liderado por el presidenteRaúl Castro, quien advirtió que frente al último medio siglo de avances de la revolución cubana hay sectores que añoran una etapa de subordinación a Estados Unidos y que tratan de llamar democrática.
Estos grupúsculos, dijo Castro, allanan el camino, junto con la gran prensa a escala mundial, para que en Cuba se repita lo ocurrido en Libia o lo que se pretende hacer contra el pueblo sirio.
El mandatario ratificó el carácter pacífico del pueblo cubano y de la revolución, y bromeó con respecto al interés guerrerista de Estados Unidos: “Si quieren confrontación, que sea deportiva, preferiblemente en el beisbol”.
Reiteró que el gobierno cubano está presto a cualquier tipo de discusión, siempre y cuando sea en igualdad de condiciones.
“El día que quieran la mesa está servida. Ya se los he dicho por los canales diplomáticos. Si quieren discutir, discutiremos, si quieren discutir los problemas de democracia, libertad de prensa, derechos humanos, vamos a discutirlos. Vamos a discutir todo lo de Cuba, pero en igualdad de condición, porque no somos sometidos ni colonia de nadie. Vamos a discutir los mismos problemas en Estados Unidos”, expresó.
En la celebración del Día de la Rebeldía Nacional también intervinieron el secretario del Partido Comunista en ese territorio, Luis Torres Iribar, y el primer vicepresidente de los consejos de Estado y de ministros, José Ramón Machado Ventura.
El 26 de julio de 1953 más de un centenar de jóvenes protagonizó una acción militar contra el dictador Fulgencio Batista (1952-1959), cuyo gobierno fue responsable de la muerte de unos 20 mil cubanos.
Encabezados por el líder de la revolución cubana, Fidel Castro, el grupo atacó los cuarteles Carlos Manuel de Céspedes (Bayamo) y el Moncada (Santiago de Cuba), el segundo en importancia en aquella época, con el propósito de derrocar a Batista.
Esta jornada culminó con la derrota militar del pueblo rebelde, sin embargo, el hecho se convirtió, a juicio de Fidel Castro y muchos historiadores, en el motor que impulsó la lucha revolucionaria que triunfó cinco años y medio después.
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