En cada uno de sus pequeños cuerpos, las mariposas monarca tienen una brújula magnética que utilizan para dirigir su migración anual de más de cuatro mil kilómetros, desde el sur de Canadá y norte de Estados Unidos hasta los bosques de Michoacán, afirmaron científicos.
Esa es la conclusión a la que se llegó tras un estudio realizado por un grupo de especialistas encabezados por Steven Reppert, neurobiólogo y profesor de la University Massachusetts Medical School y publicado en la revista Nature.
Indicó que los científicos sabían desde hace mucho tiempo que las monarcas poseían una especie de brújula solar, lo que les permitía orientarse por la posición de este astro para dirigirse hacia el sur; sin embargo, aún en días nublados continuaban su viaje, lo que desconcertaba a los especialistas, que no podían explicar este fenómeno.
Reppert investigó los patrones migratorios y demostró que las mariposas cuentan con una brújula magnética sensible a la luz ultravioleta para dirigir el vuelo hacia el Ecuador.
Para llevar a cabo el experimento se utilizó un simulador de vuelo rodeado de una bobina magnética y así comprobó la existencia de la brújula interna, que está situada en las antenas de las mariposas, sistema que, aseveró, es similar al de algunas especies de aves y las tortugas marinas, quienes cuentan con su “mapa interno”.
Además dijo que debe haber una molécula que detecta el campo magnético, que de alguna manera lo procesa y lo comunica al cerebro. Encontrar lo que sucede a nivel molecular será fundamental para determinar algunas consecuencias negativas de las capacidades migratorias de las mariposas.
Por ejemplo, dijo Reppert, se necesitará más investigación para comprobar si los lepidópteros pueden ser susceptibles a las interferencias electromagnéticas, que sí perturban a otras aves.
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