Este 5 de octubre se cumplen 79 años del asesinato de José Pío Tamayo. Fue encarcelado, en febrero de 1928, por la tiranía gomecista después que recitara en el Teatro Municipal de Caracas su poema Homenaje y demanda del Indio, en la cual solicitaba a la Reina de los Estudiantes Beatríz I, que invocara la libertad.
El precio de ese gesto fue la condena a muerte decretada por Juan Vicente Gómez, la cual se cumplió a cabalidad en las mazmorras del Castillo de Puerto Cabello, donde fue recluído en un calabozo que estaba por debajo del nivel del mar, hasta que la tisis concluyó con la poca vida que le quedaba. Fue entregado a sus familiares cuando los médicos le aseguraron a Gómez que estaba ya materialmente muerto. Sin embargo logró sobrevivir diez meses desde diciembre de 1934 hasta el 05 de octubre de 1935.
Pío clamaba por una historia en la que se tomara en cuenta al pueblo-colectivo como agente fundamental, y en la cual la redención del hombre estuviese por encima de los intereses egoístas de las minorías dedicadas a satisfacer sus propias apetencias. Y por esa causa entregó su vida, dictó su escuela de idealidad avanzada y dejó, en sus escasos 37 años de vida, una lección y un ejemplo de vida.
Hoy cuando se cumple un año más del vil crímen de Tamayo el pueblo recuerda las coplas de este valiente héroe criollo, que luchó incansablemente por rescatar el ideal de Patria Grande de Bolívar y el espíritu emancipador en Latinoamèrica y el Caribe.
Verso:
Realmente parece mejor para nuestra tranquilidad espiritual la creación de un mundo fantástico de nosotros mismos donde esconder el espíritu para vivir alejado de las miserias y dolores de la tierra. Pero ¿no nos acusará de cobardía nuestra conciencia por abandonar la lucha noble y desinteresada que en favor de la humanidad que sufre nos ordenan sostener nuestras convicciones y sentimientos? Yo he aceptado esta obligación moral, sabiendo de antemano que me esperan muchos tropiezos y que lamentaré muy malos días.”
Pío Tamayo
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