Tras cumplir 4 años de haber sido nacionalizada, la Empresa Socialista Agropatria atiende a 500.000 productores, a quienes ofrece apoyo financiero, herramientas, maquinarias y los insumos necesarios para impulsar el desarrollo agrícola del país.
Cuando en 2010 el comandante de la revolución, Hugo Chávez, firmó el decreto ley Nº 7.700 de nacionalización del consorcio privado Agroisleña, para dar paso a Agropatria, esta empresa sólo suministraba sus productos a 90.000 usuarios y contaba con 60 tiendas en el territorio nacional.
En la actualidad, Agropatria pone al servicio de los venezolanos 101 tiendas, de las que 10 se dedican a la fabricación de protectores de cultivos, fertilizantes, semillas y sistemas de riego, entre otros productos necesarios para el desarrollo agrícola.
En estos establecimientos se ofrecen a precios justos productos para la siembra, como semillas, fertilizantes, herbicidas, agroferretería, maquinarias y demás insumos para incrementar la siembra y cosecha de alimentos estratégicos.
Agropatria está concebida como un sistema de empresas de propiedad social, que orienta su acción hacia tres líneas estratégicas, siendo la primera de ellas la producción industrial de insumos como fertilizantes, agroquímicos, semillas y productos para la salud pública y animal.
La segunda línea es la producción de maquinarias, equipos, implementos e infraestructura agrícola y la tercera es la línea de servicios, como silos, transporte de insumos, cetros de abastecimientos y agrotiendas.
“Hemos incrementado la adquisición de maquinarias para poner en manos de los productores las herramientas útiles y de mejor tecnología y así lograr un apoyo integral en la producción del campo, así como se han realizado convenios con algunas gobernaciones -Táchira, Trujillo, Guárico- para expandir nuestra red de comercialización de insumos para que lleguen de manera directa”, indicó el gerente general de esta empresa, Humberto Laurens, a través de una nota de prensa.
Igualmente, Agropatria recibe, acondiciona y almacena cereales, oleaginosas y granos en ocho silos ubicados en los estados Barinas, Guárico, Monagas, Portuguesa y Yaracuy, que tienen capacidad para almacenar 888.125 toneladas de materia prima para la agroindustria de consumo humano y de alimentos balanceados para animales.
De la misma forma, se almacenan insumos para la producción primaria en 12 centros de acopio y abastecimientos.
Entre las empresas nacionalizadas que forman parte de Agropatria destacan: Semillas Híbridas Venezuela (Sehiveca), Insecticidas Internacionales (Inica), Proyefa, Planta de Mezclado de Fertilizantes de Morón, Metal Zamora, Venezolana de Riego (Verica) y el Operador Logístico Agrícola Compañía Anónima (Olaca).
Participación popular
En los últimos 4 años esta empresa socialista ha logrado constituir 31 agropatrias comunales en 10 estados del país.
De este modo, los consejos comunales, a través de las unidades de Batalla Bolívar-Chávez (UBCH), pueden identificar el número de productores que requieren atención dentro de las comunidades, los rubros que se cultivan y los requerimientos en materia de insumos para garantizar su distribución efectiva.
Parte importante de la labor de Agropatria se centra en incrementar el acceso de los pequeños y medianos productores a los programas de financiamiento que ofrece la banca social, por medio el Banco Agrícola de Venezuela (BAV), el Fondo de Desarrollo Agrario Socialista (Fondas) y la Gran Misión AgroVenezuela.
De este modo, ha logrado duplicar el promedio mensual de productores atendidos, a los que se suman aquellos financiados por la cartera agrícola privada.
Recuperación y freno a la especulación
El 4 de octubre de 2010 fue publicado en la Gaceta Oficial número 39.523 el decreto 7.700, que contemplaba la adquisición forzosa de los bienes muebles, inmuebles y bienhechurías, presuntamente propiedad del Grupo Agroisleña, sucesora de Enrique Fraga Alfonzo.
El Estado venezolano tomó esta decisión debido a los precios especulativos que este grupo privado aplicaba a los productos para el desarrollo del agro venezolano, además de apoyar el latifundio y explotar a los pobres mediante préstamos con altos intereses.
Además recibía créditos agrícolas de la banca pública a 8%, como lo establece la Ley de Financiamiento Agrícola, para la adquisición de los productos y luego daba financiamiento a los productores para la compra de insumos a una tasa del 15%.
Paralelamente, Agroisleña se constituyó en un oligopolio en el mercado de insumos agrícolas y asumió una posición de dominio y competencia desleal en la producción, recepción, acondicionamiento, almacenaje, distribución y comercialización de la producción agrícola, desplazando a las pequeñas y medianas empresas de todos los escenarios.
La empresa capitalista tenía el control de 95,88% de la importación de semillas de cebolla, tomate y pimentón, lo que incidía de manera importante en la inflación, toda vez que los insumos necesarios para la producción de alimentos eran manejados bajo la óptica capitalista.
De igual forma, la empresa tenía el dominio sobre 30% de los silos a nivel nacional -935.000 toneladas métricas- con capacidad de acondicionamiento para cereales y oleaginosas, 28% de distribución de semillas de cereales y oleaginosas en el mercado nacional, 59% del control en la distribución de agroquímicos y 60% de la capacidad de mezclado de fertilizantes elaborados por Petroquímica de Venezuela (Pequiven).
AVN
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