En el acto de entrega el dignatario cubano manifestó “la convicción profunda de que la unidad en la diversidad constituye la única alternativa viable para la región”
El presidente de la República de Cuba, Raúl Castro, entregó este miércoles la presidencia pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) a la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla.
En el acto de entrega, Castro aseguró que en la Segunda Cumbre de la Celac se concretaron importantes acuerdos tales como la “proclamación de una zona de paz en la región, reglas y normas de la cooperación intra y extra regional que redunde en beneficios tangibles de esta comunidad, respecto estricto a la carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional”.
De igual forma, el jefe de Estado cubano aseguró que las naciones latinoamericanas y caribeñas concuerdan en la necesidad de “cambiar el actual orden económico mundial para erradicar la pobreza”.
Subrayó, también, en la importancia de trabajar mancomunadamente “para enfrentar los desafíos del escenario internacional y realizar esfuerzos para erradicar la discriminación, las violaciones de los derechos humanos y trasgresiones del Estado de derecho”.
Otro de los puntos que el mandatario resaltó es el respeto y la defensa de la soberanía de los Estados que es “permanente sobre sus recursos naturales”.
Asimismo, manifestó “la convicción profunda de que la unidad en la diversidad constituye la única alternativa viable para la región”.
El dignatario cubano expresó “el más profundo agradecimiento del pueblo y gobierno cubano” a todas las naciones participantes.
LA CELAC: UNA TAREA DE TODOS
Al asumir la presidencia pro témpore de la Celac, la jefa de Estado de la República de Costa Rica, Laura Chinchilla, manifestó que “es motivo de genuino honor y fuente de motiva responsabilidad asumir la presidencia pro témpore (…) que debe ser generadora de entendimiento y confianza, estas serán las vías cooperativas de Costa Rica durante este año”.
En este sentido, precisó que asume su gestión “consciente de que durante un año deberemos ser un agente catalizador de los intereses de nuestros pueblos”.No obstante, explicó que “la Celac es una tarea de todos los miembros” cuyo “diálogo y la generación de consensos regionales deben dar paso a resultados”.
Insistió, también, que “America Latina debe ser una región de paz, justicia y progreso asentado en instituciones que procuren ser cada vez más abiertas a la participación ciudadana sin discriminaciones”, por lo que “los invito a que nos unamos en diseñar e identificar mecanismos que nos permitan incorporar a la sociedad civil en nuestros procesos de consulta”, dijo.
“Cómo traducir en consensos -se preguntó- los principios compartidos y cómo convertir esos consensos en fuentes de bienestar de nuestro pueblo es precisamente el gran desafío de la Celac”, aseguró.
Chinchilla afirmó que “Costa Rica se compromete no sólo a detectar los consensos sino también a construirlos mediante un trabajo cuidadoso, inclusivo y sistemático y con la mirada puesta en el horizonte”.
“Necesitamos de alguna manera más catalejos y menos espejos retrovisores. Celac debe participar con los brazos extendidos en ese escenario internacional globalizado e interdependiente del que nos habla la Declaración de Cancún. De esta manera podemos ser una auténtica y eficaz voz global de América Latina y El Caribe”, argumentó la presidenta.
Agregó que “Costa Rica se compromete, además, a trabajar porque la Celac, a partir del principio de complementariedad que destaca la declaración de Santiago, coadyuve a ser más orgánico y eficaz el andamiaje integracionista de nuestro hemisferio como mecanismo de diálogo y concertación política”.
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