Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda
Fotos de Roberto Garaicoa
La mayor organización de Cuba arriba a su VIII Congreso. En su agenda están previstos los siguientes temas: el análisis de la implementación del contenido y la estructura, en la que se tiene como propuesta mantener a un presidente, organizador y responsable de economía y servicios, aumentar las funciones del de vigilancia y crear una nueva secretaría para deporte, cultura y recreación; se insistirá en la importancia de fortalecer el trabajo político-ideológico y la prevención de delitos y conductas antisociales, y al mismo tiempo se profundizará en los aportes que hace la organización a la economía y los servicios.
Sobre estos puntos cardinales versarán las reflexiones y estrategias que luego deberán articularse en la base, porque el Congreso, como ha dicho en la Mesa Redonda de este martes el coordinador nacional, Carlos Rafael Miranda, no se circunscribirá a los próximos días 26, 27 y 28, “sino que hay que lograr que sea un punto de partida para superar nuestra entrega cotidiana desde las cuadras”.
En una mirada sobre la situación actual de los CDR, el también miembro del Comité Central explicó que “estamos conscientes de las deficiencias que tenemos, porque esta organización, como el pueblo mismo, es heterogénea y tiene muchas singularidades, por ello el principio trabajo debe ser el de lograr mayor unidad con el propósito común de defender a la Revolución”.
Nosotros, dijo, aspiramos a que todos los CDR tengan sus estructuras completas y funcionando, y que en ellas se inserte un joven que garantice el relevo generacional y también deseamos obtener resultados óptimos en todos los frentes antes planteados que centrarán la agenda de nuestra magna cita.
A este Congreso, comentó, vendrán más de 400 delegados, y asistirán invitados de diversos países, con quienes también sostendremos un encuentro para dialogar sobre el bloqueo que impone los Estados Unidos a Cuba, y sobre la situación de los antiterroristas que permanecen injustamente condenados en ese país.
Orestes Llanes, vice coordinador nacional de la organización, subrayó que el Congreso no se limita solamente al encuentro en La Habana, sino que está latiendo desde que se hiciera su convocatoria en septiembre del año precedente. “Desde entonces se celebraron más de 135 000 asambleas en todo el país, y este proceso se ha acompañado con más de 34 000 donaciones de sangre cada mes y el desarrollo de toda una estrategia que incluye la prevención y enfrentamiento a las indisciplinas sociales”.
Vladimir Sauri, miembro de la dirección nacional de los CDR, manifestó que la vigilancia también se desarrolla en el país con la labor que despliegan los más de 300 destacamentos Mirando al mar, desde los cuales sus más de 7 000 integrantes evitan que se cometa cualquier irregularidad en nuestras costas.
Betty Oria, también de la máxima dirección de la organización, destacó que el 38,6 por ciento de quienes integraban los CDR son jóvenes y que se ha logrado en la base la combinación de la juventud y la experiencia. La directiva llamó la atención sobre el hecho de que serán jóvenes igualmente, unos 53, quienes el 26 entregarán al Coordinador Nacional la bandera del VIII Congreso, que ha recorrido todo el país y que partió desde la Sierra, un hecho que marcará el inicio de las sesiones del cónclave.
La mayor organización de Cuba arriba a su VIII Congreso
A este Congreso vendrán más de 400 delegados, y asistirán invitados de diversos países
El coordinador nacional, Carlos Rafael Miranda, apuntó la necesidad de lograr que este Congreso sea un punto de partida para superar nuestra entrega cotidiana desde las cuadras
"Estamos conscientes de las deficiencias que tenemos, porque esta organización es heterogénea y tiene muchas singularidades..."
Orestes Llanes, vice coordinador nacional de la organización, subrayó que el Congreso no se limita solamente al encuentro en La Habana, sino que está latiendo desde que se hiciera su convocatoria en septiembre del año precedente
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