La nueva recolonización de América Latina y El Caribe
“Todos los imperios que han existido en la
 historia de la humanidad, fenecieron producto de sus propias 
contradicciones, excesos y vicios; este no será la excepción.  Más 
temprano que tarde se impondrán la razón y la justicia”. 
Alejandro Castro Espín
El Gobierno de EEUU irrumpió nuevamente 
en la escena internacional  el pasado 9 de marzo de 2015 con una 
declaratoria de emergencia del Presidente de Estados Unidos, Barack 
Obama quien suscribió un decreto injerencista, en el cual señala a 
Venezuela como una “amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad 
nacional y política exterior estadounidense”, lo cual nos hace pensar 
que se trata de una nueva escalada del proyecto recolonizador del 
imperio norteamericano contra Venezuela y la América Latina y El 
Caribe. 
Si analizamos desde el punto de vista 
del poderío estatal , es decir la capacidad de producir un efecto 
deseado, de influir, imponer su voluntad, de actuación en el ámbito 
internacional en factores geográficos, demográficos, recursos, 
población, acción colectiva y militar, ¿es Venezuela una amenaza para 
los EEUU?
Venezuela con su espacio geográfico 
continental, cerca de 30 millones de habitantes y un equipamiento 
militar para la disuasión y la defensa ¿podrá representar una amenaza 
para un país que se encuentra a más de 4.500 km de distancia, que lo 
supera más de 10 veces en lo que se refiere a espacio geográfico con sus
 9.826.675 Km2, además tiene el ejército y el arsenal nuclear más 
poderoso del planeta?
Sin duda la respuesta es no, se trata de
 una nueva agresión que busca socavar no sólo el proceso político 
bolivariano, sino también es parte de la estrategia intimidatoria para 
contener el avance de los procesos nacionalistas, progresistas y 
bolivarianos que se están desarrollando en favor de la liberación, la 
unidad y la independencia de los pueblos de la América Latina y el 
Caribe.
 En el caso concreto de Venezuela, desde
 la llegada de la Revolución Bolivariana, en los últimos 16 años se debe
 recordar las distintas aventuras golpistas e injerencistas auspiciadas y
 financiadas por el imperialismo norteamericano a través de todo su 
complejo militar-financiero-industrial-comunicacional, ONG`s,  la USAID,
 y la NED, que han procurado detener el avance de la Revolución 
Bolivariana, teniendo que superar el golpe de Estado (2002) y el 
sabotaje Petrolero (2003), intentos de magnicidio, la infiltración de 
paramilitares en Venezuela, sabotaje económico y el más reciente intento
 de bombardear Caracas.
¿Cuál es el fundamento de la política exterior de EEUU hacia Venezuela?
La política exterior de EEUU se sostiene
 con base en el ideario de la llamada “Doctrina de Seguridad Nacional” y
 el “interés nacional” que no es otra cosa que las ideas dominantes de 
las élites oligarcas de los EEUU, que son los que realmente controlan el
 poder del imperio más poderoso de la historia.
Afirma Lenin que una de las principales 
tareas de los comunistas en lo que se refiere a la situación nacional, 
es “destacar los intereses de las clases oprimidas, de los trabajadores,
 de los explotados, distinguiéndolos con toda claridad del concepto 
general de intereses de toda la nación en su conjunto, que significan 
los intereses de la clase dominante.”   En otras palabras, no existe tal
 interés nacional al que hace referencia de una manera hipócrita el 
imperio norteamericano ya que la sociedad se encuentra dividida en 
clases sociales antagónicas, y la clase económica y políticamente 
dominante es quien define en un momento histórico, los fines e intereses
 vitales, excluyendo los intereses de los obreros, campesinos y 
explotados en general.
Tendríamos que buscar el verdadero 
fundamento de la política exterior estadounidense y su Doctrina de 
Seguridad en los orígenes de su creación como Estado-Nación. 
¿Cuál es el ideario injerencista de EEUU?
La llamada Doctrina Monroe, formulada 
por el quinto presidente  de los EEUU en 1823 bajo la frase de “América 
para los Americanos” que en ese contexto significó “América para los 
norteamericanos” prácticamente delimitó el hemisferio occidental como 
una zona de influencia exclusiva de EE.UU. 
Esta doctrina fue la primera pieza de la
 política exterior formulada por los EEUU desde su fundación hacia 
Nuestra América, la cual les permitió asegurar la dominación económica y
 justificar el intervencionismo en el continente americano, siendo 
además uno de los principales sustentos del sistema político del 
imperialismo yanqui utilizado durante la mayor parte de los siglos XIX, 
XX y XXI para intervenir en los asuntos de los países del continente 
desconociendo los principios del derecho internacional y la soberanía de
 los distintos países con la finalidad de convertirlos en su “patio 
trasero” y asegurar el “interés geoestratégico del imperio 
norteamericano”.
Se debe recordar que al año siguiente de
 la proclama de la Doctrina Monroe se produce un golpe definitivo a la 
dominación española cuando el 9 de diciembre de 1824 se expulsa 
definitivamente a los españoles con la batalla de Ayacucho, encabezados 
por Bolívar y el Mariscal Antonio José de Sucre.  Sólo le quedaba a 
España en América las colonias de Puerto Rico y Cuba.
A partir de 1826, el Libertador Simón 
Bolívar convocó el Congreso Anfictiónico de Panamá con el propósito de 
impulsar la confederación de Repúblicas de la América Meridional, para 
la creación de un órgano que contribuyera con la unidad de América, la 
conciliación política y económica de sus naciones y que al mismo tiempo 
sirviera para contribuir con la independencia de Cuba y Puerto Rico.
El proyecto integracionista de Bolívar, 
marco el inició de un largo camino de los pueblos nuestro americanos en 
la lucha por la unidad de América, pero al mismo tiempo, a partir de 
este contexto se inicia el historial de acciones intervencionistas de 
EEUU contra las contiendas libertarias e integracionistas. La razón era 
muy simple: el proyecto integracionista entorpecía los intereses 
económicos de los grupos de poder norteamericanos.
Tan sólo por citar algunos ejemplos, 
Abel González  señala que en 1826 Henry Clay, el Secretario de Estado 
estadounidense instruyó a dos integrantes de su delegación para 
boicotear cualquier resolución que surgiera del encuentro del Congreso 
Anfictiónico de Panamá.
Otro episodio intervencionista de la 
naciente potencia estadounidense de ese momento ocurrió cuando en 1829 
William Henry Harrison fue descubierto y expulsado por el Gobierno de la
 Gran Colombia por organizar un complot para derrocar las autoridades de
 ese país, con gran acierto Bolívar lanzó aquella profética frase en una
 carta dirigida al Coronel Patricio Campbell  “(…)los Estados Unidos 
parecen destinados por la providencia para plagar la América de miserias
 a nombre de la Libertad”
En agosto de 1845 se formula por primera
 vez una doctrina ideológica que asegurará la expansión territorial de 
EEUU, lo que posteriormente se conocerá como la doctrina del Destino 
Manifiesto, según el cual EEUU tiene la  “misión” asignada por  “Dios”  
para  conquistar nuevas fronteras, con la finalidad de llevar a todos 
los espacios la “democracia y la libertad.”
Para el 30 de mayo de 1848 EEUU sigue 
avanzando en sus pretensiones imperialistas y suscribe el Tratado de Paz
 Guadalupe Hidalgo en el cual se asegura la anexión estadounidense de un
 importante territorio de más de 2 millones de kilómetros cuadrados al 
norte del Rio Grande, México.
Ya para 1853 se reafirma la proyección 
imperialista y la naturaleza expansionista de los EEUU cuando el senador
 “demócrata” estadounidense Stephen Douglas asegura: “los Estados unidos
 están destinados a ejercer la hegemonía en el continente por medio de 
acorazados y cañones” .
En 1855 William Walker invade Nicaragua y
 se proclama Presidente, el cual es reconocido por EEUU, invade a 
Honduras y El Salvador y se proclama jefe de Estado en ambas naciones. 
Restaura la esclavitud en los territorios ocupados.
En 1898, EE.UU. le declara la guerra a 
España, ocupa  a Cuba y obliga a España a cederle los territorios de 
Puerto Rico, Guam, Filipinas y Hawái.
Desde el año 1900 hasta el día de hoy, 
existe un largo prontuario de intervenciones por parte de EEUU en 
América Latina y el Caribe que se sustentan en el mismo ideario 
expansionista con algunas actualizaciones según el presidente de turno, 
hasta llegar al 44º Presidente de los EEUU, Barack Obama.
¿Cuáles son las características de la política exterior de EEUU en la gestión de Obama “tuerce brazos”?
Según el ensayista norteamericano 
William Blum, quien es uno de los principales exponentes a la opinión 
pública sobre las terribles acciones llevadas por el personal de la CIA y
 además es citado por Guy Spitaels  señala lo siguiente:
La política exterior norteamericana se descompone de la siguiente manera:
“1. Dejar el mundo abierto y acogedor a 
lo que llamamos en el lenguaje común la globalización, especialmente 
para las empresas transnacionales radicadas en América;
2. Mejorar los balances de los 
proveedores de Defensa que han cotizado generosamente ante los miembros 
del Congreso y los residentes de la Casa Blanca;
3. Impedir la emergencia de toda empresa que pudiera ser utilizada como un ejemplo exitoso de alternativa al modelo capitalista;
4. Extender la hegemonía política, 
económica y militar sobre la parte más grande posible del planeta para 
prevenir la emergencia de todo poder regional que pudiera desafiar la 
supremacía norteamericana y crear un orden mundial a la imagen de 
América (Estados Unidos), tal como conviene a la única superpotencia 
mundial”
afigueroaleon@gmail.com
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