Libertad de morirse de hambre decía
Alí, denunciando el concepto ambiguo de Libertad proclamado por la Democracia
Liberal Burguesa, cuya enunciación no vislumbraba la vía para el ejercicio de
la Libertad en los sectores excluidos, condenados a la pobreza, sin los medios
para producir su sustento y sin posibilidades de habitar espacios dignos para
la vida. Deslastrarse de los condicionamientos y significaciones colectivas
dominantes, aún es tarea en la construcción de la Patria Soberana que día a día
libramos. Luchar por ganar espacios para vivir en igualdad de condiciones, sin
relaciones de dominación, implica reflexionar sobre la forma como se ha
reproducido la cultura capitalista, tanto en la clase social que domina como en
la clase dominada, pues, la dominación se reproduce en ellas en forma efectiva
y a la vez sutil, que ni nos damos cuenta. En este sentido, el tema “Mediático”
cada vez cobra mayor importancia, pues su uso por parte de grupos que ejercen
el poder económico y político, queda evidenciado en el comportamiento
individual y colectivo, como muestra de su poderosa influencia.
En Venezuela, la estructura económica
que ha hegemonizado el mundo de las comunicaciones mediadas por la tecnología
sean de Radio y Televisión, como la Prensa y formatos Multimedia a través de
las Redes, está centrada en el Capitalismo Neoliberal, dirigido por la
Burguesía Criolla en alianza con las industrias trasnacionales de la Cultura.
Nos preguntamos: ¿Cómo despojarnos de
las estructuras creadas para la dominación?, ¿Cómo construir una Comunicación
Libre y Plural?, ¿Es posible ejercer la libertad de expresión sin contar con
medios de comunicación libres?.
La transición a una Democracia
Protagónica y Participativa ha demorado un poco en el área de la Comunicación,
luego de 15 años de promulgar la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela en 1999. Para aquel entonces, las condiciones de avanzar hacia la
posibilidad del establecimiento de políticas profundas de transformación
social, en la creación de medios de comunicación a nivel de los sectores
populares, estaba restringida por partida doble. Por un lado, los propietarios
de medios comerciales mantenían una celosa y feroz defensa de la propiedad privada
de los Medios de Comunicación Comerciales y la otra referencia eran los Medios
de Comunicación Públicos administrados por el Estado , representado a través de
las instituciones y empresas del sector público creadas para este fin. La
correlación de fuerzas en el seno de la Asamblea Nacional sumado a la
inexistencia de una fuerza comunicacional de carácter popular, explica las
razones por las cuales el texto constitucional colocó el énfasis en el derecho
de los ciudadanos y ciudadanas a expresarse libremente por cualquier medio, sin
censura previa, así como el el derecho a la réplica , y las obligaciones que
tienen los medios de comunicación social públicos y privados a contribuir a la
formación ciudadana, con el fin de garantizar el acceso universal de las personas
a la información en forma oportuna, veraz, e imparcial.
En cuanto a la regulación y control
social para el uso responsable del espectro radioeléctrico, se han constituido
algunos Comités de Usuarios y Usuarias para instar al respeto por el cumplimiento
de la norma constitucional, la Ley de Responsabilidad en Radio y Televisión
(RESORTE), la Ley de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (LOPNNA), frente
a quienes han ostentado el monopolio de los medios de comunicación, que a su
vez son grandes corporaciones económicas que solo representan sus intereses de
clase y por ende bombardean comunicacionalmente con la cultura violenta,
sexista, racista, consumista; en síntesis, alienadora que ha tipificado a estos
medios históricamente. Sumado a esto, hoy más que nunca, el derecho a la
Comunicación surge como imperativo en forma progresiva, en la medida que los
propietarios de medios comerciales se han convertido en operadores de
propaganda política y de guerra en las coyunturas del Golpe de Estado del año
2002 y el Intento de Golpe Suave y Continuado que está en proceso en la
actualidad.
El surgimiento de Medios Alternativos
y Comunitarios en Venezuela como instrumentos de apropiación de la Comunicación
en manos del pueblo, luego de la aprobación del Reglamento de Radiodifusión
Sonora y Televisoras Abiertas Comunitarias de Servicio Público Sin Fines de
Lucro (2002), ha sido un proceso lento, laborioso y con muchos tropiezos. La
descolonización cultural no es fácil, cuando se ha naturalizado en la conciencia
colectiva la visión de tratar a la comunicación como a una mercancía. En este
sentido, la comunicación no puede ser cosa de pocos, o iniciativas centradas en
las oportunidades que pueda ofrecer el mercado para su impulso y sostenimiento.
Los desarrollos locales deben asumir la comunicación en su seno como prioridad,
y disponer de esfuerzo, tiempo y recursos para generarla y fortalecerla, pues
la integración de las comunidades y la formación de conciencia ciudadana
depende de la formación de espacios comunicacionales y medios que contribuyan
al reconocimiento y desarrollo de una cultura propia, en función de las
historias locales y potencialidades del territorio geográfico, ambiental y
social como ámbitos de convivencia y consolidación de planes para habitarlos en
armonía con la naturaleza y los seres humanos.
La responsabilidad de gestionar un
medio comunitario o alternativo, hasta ahora, ha sido cosa de la gente, y
quienes aspiran a ello, deben cumplir una serie de pasos y requisitos en lo
social, lo económico, lo técnico y lo legal, para lo cual, el Estado a través
de los órganos competentes presta un acompañamiento técnico y financiero
puntual, según sea el caso. La garantía de generar procesos formativos, de
incorporación progresiva de los ciudadanos y ciudadanas, así como de las
organizaciones comunitarias que hacen vida en el área geográfica de cobertura
en la construcción de la comunicación, así como la producción de contenidos
pertinentes a las necesidades locales, es un proceso que ha correspondido al
colectivo que ha asumido la lucha por la consolidación de estos espacios
comunicacionales del pueblo.
Es una lucha compleja cuando se
avanza en la constitución de nuevos referentes y se parte del reconocimiento de
la historia local, siempre invisibilizada y negada por más de 500 años de
exclusión, cuyos orígenes siempre los encontramos en diversidad de
manifestaciones y actividades de resistencia cultural, autogestionarias, que se
han mantenido de generación en generación, por vía de la tradición oral. De allí
que, siempre han pervivido iniciativas desde las comunidades por valorar y
reconocer saberes y haceres, que son acervo y pertenencia de los pueblos como
elementos fundamentales para la reflexión y acción, como aprendizajes que
nutren la expresión libre y las identidades colectivas, cuya presencia en los
medios se va constituyendo en fundamento. Por ello, hablamos de complejidad,
partir de este reconocimiento, implica procesos diversos, de diálogo permanente
en las comunidades, de sistematización de las experiencias locales, de
discurrir con lo propio y lo global para encontrar los contenidos de la
comunicación y desarrollar el lenguaje popular en los códigos de expresión
sonora, audiovisual, visual, escrito propios de los medios comunicacionales que
ensayamos.
La sostenibilidad de los MAC1 está
sujeta al trabajo voluntarioso de militantes de la comunicación popular que van
entregando su tiempo y postergando sus necesidades materiales como sacrificio,
para así evitar someterse a esquemas publicitarios para el pago del personal
(fundamentalmente operadores) y la adquisición y mantenimiento de equipos e
infraestructura. Esto implica entrar en las dinámicas del mercado (venta de
cuñas y patrocinios), para lo cual hay dos opciones: las empresas capitalistas
por un lado, o las instituciones del Estado.
En el primer caso, son muy escasos
los negocios que aportan a los Medios Comunitarios y Alternativos, por razones
de principios diversas: “porque tienen la percepción que son medios Chavistas”
y como regla general los dueños del negocio suelen ser de Oposición, o “porque
los programas no responden al formato de las radios comerciales como aparatos
de propaganda dentro una cultura comercial-masiva” . En el caso de las
instituciones del Estado, por lo general, suceden dos situaciones: “las
instituciones quieren les colaboren gratis con las promociones, porque la radio
comunitaria no es para hacer 'negocio' “, o si no: “requieren para contratar de
documentaciones propias de Empresas de Prestación de Servicios Privadas
(Registro Nacional de Contratistas, Seniat, Islr, Iva...etc)”. Los Medios
Comunitarios han ensayado diversas formas de autogestión, desde hacer eventos
pro-fondos, recibir aportes solidarios de los productores y productoras, montar
un carrito de perro calientes, prestar servicios de sonido, etc... También hay
casos, que entran en un letargo, solo activan algunas horas en la semana para
la producción de contenidos y programas al aire en vivo y dejan en piloto
automático la transmisión el resto del tiempo por no contar con el personal
suficiente y voluntario para el montaje de las guardias. Cada MAC tiene una
realidad específica de acuerdo a la región geográfica donde se encuentra, y los
procesos de gestión que haya realizado en el tiempo, van armando el equipo
humano que garantiza el trabajo del día a día.
Hasta aquí, viendo la Comunicación
dentro del sistema económico Capitalista, vemos a las grandes Empresas de
Capital que financian sus aparatos de Propaganda, generando una cultura para el
consumo, las industrias culturales, los artistas que van de la mano
publicitando todo lo que producen sus patrones: productos, telenovelas,
promociones, PUBLICIDAD. Los Medios de Comunicación del Estado por otra parte,
son financiados con presupuestos asignados y con los aportes que le dan las
Empresas del Estado.
Hoy día, comienza a dibujarse una
nueva perspectiva para el futuro de los MAC. Por un lado, vamos hacia la
Constitución del Estado Comunal y habrá que prever los fondos que las empresas
de producción social en cada territorio puedan aportar en un futuro al
sostenimiento de los MAC, a la vez que, la nueva cultura y conciencia local y
global pueda expresarse desde lo nuestro, desplazando la hegemonía capitalista
por la del pueblo que construye su propia historia.
Sin embargo, hay peligros inminentes
ante el sistemático ataque que ensaya el imperio y sus aliados locales de la
burguesía de extrema derecha, quienes intoxican culturalmente las mentes de
nuestra población, provocando modificaciones en el comportamiento y la forma de
percibir la vida y la “crisis”.
Las percepciones están siendo
inoculadas en forma cotidiana en la psiquis de los vecinos y vecinas, como por
ejemplo, la percepción del “hambre”: en forma reiterativa vemos a periodistas,
programas y promociones que asocian el problema de la “escasez de oferta” de
algunos productos alimenticios con una “crisis de hambre” como ha sucedido en
otros países, en los cuales, hubo procesos hiperinflacionarios que significaron
la imposibilidad generalizada en amplios sectores de la población (tanto de la
clase baja como de las clase media), de tener acceso a los alimentos básicos
(aunque los anaqueles estuvieran repletos de ellos), por falta de dinero. Hoy
día, en Venezuela no hay hambre, sin embargo, los medios de comunicación
comerciales y de oposición política al gobierno Chavista y los medios de
comunicación operados por el gran capital internacional (de EE.UU y Europa),
han propagado la idea que hay “hambre” en Venezuela por culpa del Chavismo,
representado hoy día por el presidente Nicolás Maduro. También , en forma más
sutil, en programas de corte cultural y recreativo como el que dirige Valentina
Quintero en Unión Radio, se promueve el odio por los espacios culturales e
históricos en la Capital de Venezuela y se destacan centros históricos en el
Municipio Valencia (hoy día gobernado por la Oposición) en el Estado Carabobo
(Bolivariano y Chavista), destacando la importancia del prócer de la
Independencia Venezolana José Antonio Páez, quien promulgara la primera
Constitución de Venezuela. Valentina Quintero cuenta esta historia, afirmando
enfáticamente que fue una Constitución “profundamente antibolivariana”,
haciendo analogías con la historia reciente y la influencia “negativa” del
líder de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez en el pueblo de Venezuela. Este
es su pequeño aporte para contribuir al “clima mediático de oposición”, donde
cada periodista de acuerdo al perfil de su programa contribuye a sembrar
malestar en la población y a predisponer a sus “oyentes” contra el origen de
todos los males: el Chavismo y su perpetuación en el gobierno. Otro tanto hace
el locutor César Miguel Rondón, quien junto a un equipo de producción (Investigadora,
Actores, Editores de Sonido, etc) prepara un programa de Historia de Venezuela
en Unión Radio, haciendo alusión a Cipriano Castro, quien evitara una invasión
a Venezuela, dándole poderes especiales a un embajador norteamericano que logró
negociar con los países Europeos la deuda de Venezuela. El énfasis que allí
coloca, es la necesidad de que alguien externo interceda, para dar solución a
los conflictos con otros países. Al escuchar el programa y la forma como está
escrito el guión, es obvio que hace un paralelismo con la actualidad. El
gobierno de Venezuela se opone al “intervencionismo” extranjero y la oposición
a diario lo solicita. La manipulación del sentido está en que hoy día no
tenemos una deuda con los EE.UU, pero igual quieren “intervenir” en los asuntos
internos del país. Hoy día no estamos atados a las condiciones del Fondo
Monetario Internacional (FMI) como hace 25 años, cuando el Presidente Carlos
Andrés Pérez firmó la Carta de Intención con este ente financiero provocando la
crisis, y esa sí fue una crisis, que dio origen al Sacudón el 27-02-1989 y
posterior caída de CAP y del bipartidismo AD-COPEI que mantuvo a Venezuela
durante 40 años, bajo una política económica de sumisión al mandato del
Imperialismo Norteamericano.
En las protestas violentas que
promueve la extrema derecha en Venezuela, conocidas como “guarimbas” vemos como
discurso el tema del hambre y del antichavismo, y en vez de ser los sectores
populares más empobrecidos los que protestan, son las clases media y alta que
lo hacen en las Urbanizaciones del Este, con el apoyo de los Alcaldes de
oposición que representan a esta clase social, propietaria de comercios,
importadoras y medios de producción que a su vez, contribuyen con el sabotaje
económico, acaparando productos para especular vendiéndolos más caros, y
desviando productos hacia la hermana República de Colombia, etc. La campaña
mediática ha logrado influir en gran medida a ciudadanos y ciudadanas, que
siendo de sectores populares, reproducen el mismo discurso mediático en forma
acrítica y son estimulados a incorporarse a iniciativas de la sociedad civil
bajo ofertas de mejorías en su status de vida y estímulos puntuales para
acceder a recursos que la oligarquía venezolana con apoyo de fondos
internacionales ha dispuesto para este fin.
Si los medios de comunicación fueran
administrados por colectivos organizados de las comunidades, podríamos ver
otras expresiones de la comunicación, tanto en las comunidades populares como
de clase media, que en lugar de seguir el libreto escrito fuera de Venezuela
con intereses bélicos y de intervencionismo, podrían estar participando en la
creación de su propia producción comunicacional: protagonizar películas
propias, hechas en la comunidad, talleres de formación en el área de la
educomunicación y percepción crítica de los productos comunicacionales,
producción radial, de prensa escrita, televisiva, talleres culturales como
forma de resistencia cultural, siempre como activadores de los poderes
creadores del pueblo y no como consumidores pasivos y alienados, controlados
por la cultura invasora.
En este sentido, es imperativo la
aceleración de los procesos de construcción de la ofensiva
comunicacional-cultural en manos del pueblo para la seguridad y defensa de
nuestro proceso de desarrollo hacia el Estado Comunal, implica reflexionar
hacia adentro nuevas estrategias y precisar fallas que tal vez no las veíamos
por estar imbuidos en ese modelo del pensamiento liberal burgués cuya cultura
del individualismo ha estimulado la privatización de todo lo necesario para la
vida: le ha ido robando a los seres humanos a escala mundial, sus derechos
fundamentales: a la educación, a la salud, al trabajo, a la identidad, a la
vida. El derecho a la comunicación del pueblo en esta batalla, cada vez más
urgente, se visualizó en el II Encuentro Nacional de Medios Alternativos y
Comunitarios para la Comunicación Popular realizado en Enero de 2014, como una
necesidad fundamental para evitar la destrucción progresiva de la conciencia
del pueblo venezolano y el impacto desmovilizador que han ido generando los
grandes Medios de Comunicación Social, donde el ciudadano o ciudadana común no
participa ni en su gestión, operación, producción de contenidos y difusión. La
ciudadanía es Objeto de la Comunicación pero no Sujeto de la Comunicación. En
este sentido, impulsando el enfoque educativo liberador para la transformación
social, con la premisa de Pueblo Comunicador, surge esta propuesta que da
elementos importantes para que pueblo y gobierno, reflexionen y planifiquen
bien los próximos pasos a realizar:
“Que en el marco del lanzamiento de la
Misión Comunicación, el Estado reconozca a la Comunicación como un derecho
humano fundamental, obligatorio, laico, y de carácter gratuito, lo cual,
implica que el Estado debe ser garante de ello”“II
Encuentro de la Comunicación Popular”, realizado en el Centro de formación
“Simón Rodríguez” y organizado por el MPPCI y CONATEL, San Antonio de los
Altos, los días 17, 18 y 19 de Enero de 2014.
Impulsada en un primer momento por
colectivos de comunicación comunitaria y alternativa del Consejo de Medios
Comunitarios de Miranda, esta idea, fue apoyada por todos los voceros y voceras
de los MAC a nivel Nacional presentes, durante la realización de las 18 mesas
de trabajo que luego sistematizaron y coincidieron en declarar como punto de
partida a la Comunicación como un derecho humano fundamental, frente a las
concepciones mercantilistas que defienden la sustentabilidad económica de los
MAC en el “libre mercado”.
Esta es la clave para entender todo un
proceso vivido en la lucha por impulsar la comunicación popular, descubierta
entre más de 500 voceros y voceras de colectivos de comunicación comunitaria y
alternativa que hacen vida a lo largo del territorio nacional. Su comprensión,
servirá de punto de partida para el avance progresivo hacia el goce pleno de la
vida en comunidad, como iguales. Entonces, la Libertad de Expresión podrá
ejercerse plenamente, cuando los Medios sean Libres y sean del Pueblo.
Al revisar la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela y otros instrumentos jurídicos encontramos
las razones que llevan a plantear esta certeza en el seno de los movimientos
sociales que impulsan la comunicación popular, pues pareciera que hemos estado
en un callejón sin salida, y quienes nos negamos sistemáticamente a caer en la
trampa de tratar el tema comunicacional como mercancía, soñamos con que algún
día podamos hablar de hegemonías comunicacionales en manos del pueblo y no del
proceso de anarquización y uso irresponsable del espectro radioeléctrico que
amenaza a las posibilidades que venimos identificando. En este sentido,
preocupa y no parece casual, la instalación de múltiples emisoras de
radiodifusión bajo el disfraz de comunitarias, sin acatar la normativa legal
existente2 ni
articular con el ente rector en el área de las Telecomunicaciones CONATEL
(Comisión Nacional de Telecomunicaciones), lo cual ocasiona interferencias en
las estaciones al aire, satura la ocupación del espectro radioeléctrico que es
finito y lo que es más grave, contribuye a debilitar la conciencia en el pueblo
de lo que es comunitario haciendo uso y explotación del espectro con fines
comerciales. En este sentido, hay variantes dentro de estas estaciones de
radiodifusión ilegales: unas son financiadas por autoridades locales a nivel
municipal y regional haciendo uso de las emisiones para posicionar algunas
figuras políticas, otras solo hacen negocio con fines particulares y se dedican
a la publicidad y replicación de la cultura dominante, otras se dedican a la
realización de proselitismo religioso en beneficio de alguna iglesia, y
recientemente vemos con preocupación a particulares que amparados bajo la
protección de funcionarios de organismos de seguridad, aseguran ser impunes
estableciendo el control y uso de frecuencias con fines privados, contribuyendo
a desdibujar los avances logrados en la construcción de la comunicación
comunitaria y alternativa por los colectivos de comunicación que luchan día a
día por el acceso y uso del espectro radioeléctrico como pueblo organizado, en
consecuencia, el monopolio cultural se impone y el Capitalismo Neoliberal se ve
fortalecido.
Frente a este panorama
desesperanzador, emergen poderosas fuerzas renovadoras desde los sectores
populares y a nivel intrainstitucional en el gobierno de la revolución
bolivariana, apoyados en el discurso histórico que diera el Presidente Hugo
Chávez en su primera sesión con los Ministros luego de ser electo
democráticamente nuevamente en el año 2012, y que quedara expresado en el
documento “Golpe de Timón” (20-10-2012), el cual insta a la creación del Estado
Comunal y a una rectificación profunda de las instituciones para contribuir a
ello. Luego de su lamentable fallecimiento, el 05 de Marzo de 2013, en menos de
un mes el pueblo de Venezuela, sancionó la continuidad de este proyecto
histórico eligiendo a Nicolás Maduro , quien responsablemente asumió la
ejecución del Plan de la Patria 2013-2019 como testamento político elaborado
por el comandante Hugo Chávez y hoy día, pese a los esfuerzos de la extrema
derecha con apoyo del gobierno de los EE.UU por derrocar al gobierno
bolivariano, se están tomando las acciones para avanzar en los objetivos
históricos planteados, en defensa de la Independencia, la Soberanía, la Patria
Socialista, el polo de Poder Latinoamericano en un mundo multipolar y el
Humanismo Ecologista en función de salvar al Planeta y la especie humana. Esta
direccionalidad obliga a repensar cual es la Comunicación Social y Popular que
estamos necesitando. El encuentro de Comuneros y Comuneras3 organizado
por el Ministerio del Poder Popular para las Comunas (2013), fue un indicador
del interés por avanzar juntos y juntas en la transición hacia el Estado Comunal
y allí se discutió colectivamente en mesas de trabajo las acciones a seguir, en
la consolidación del poder popular, y como eje central, la necesidad de avanzar
en el fortalecimiento de la comunicación popular a través de la promoción de
espacios formativos del pueblo para la incorporación progresiva de la comunidad
organizada y ciudadanos y ciudadanas como sujetos de la comunicación, así como,
la transferencia de las tecnologías necesarias para este fin.
En este sentido, el reconocimiento de
cada medio de comunicación alternativo y comunitario como una escuela
permanente de formación para la comunicación popular, centrada en la
experiencia del aprender haciendo en vínculo con las necesidades y
potencialidades de las comunidades, permitiría apalancar a la comunicación como
un eje fundamental para los desarrollos comunales a lo largo y ancho de la
nación Venezolana.
Todos los espacios de participación
ciudadana son espacios de comunicación donde el sujeto pueblo se va forjando, y
deben a su vez, ser comunicados socialmente en forma oportuna y permanente.
Las Escuelas deben estrechar acciones
en forma orgánica con los MAC4 para
la constitución de espacios de interaprendizaje y de lectura y producción de
contenidos multimediáticos para la comprensión crítica de la realidad y para la
socialización de los saberes e identidades locales, a fin de contribuir a los
procesos de integración comunitaria, necesarios para el ejercicio del diálogo
enriquecedor, que potencia la participación protagónica y corresponsable desde
edades tempranas en asuntos comunes de la población y en el cultivo del amor a
la paz, a la solidaridad y a la convivencia con equidad y justicia.
A nivel de la Educación Universitaria,
en el marco de la celebración de los Seminarios sobre Comunicación y Cultura de
la Violencia y Familia y Cultura de Paz (marzo de 2014), queremos aportar a la
transformación universitaria una primera reflexión que encamine a la formación
de Licenciados y Licenciadas en Comunicación, hacia nuevas posibilidades para
un ejercicio digno y desalienado de la profesión. Siendo la Educación y el
Trabajo los procesos fundamentales para el desarrollo de la nación, hay que
implementar planes intersectoriales y estratégicos que puedan garantizar el
derecho al primer empleo de los 11.000 Comunicadores y Comunicadoras Sociales
que se forman a nivel Universitario a través del Programa Nacional de Formación
de Grado en Comunicación Social de la Universidad Bolivariana de Venezuela, en
función de este nuevo paradigma de la Comunicación para la Vida,
incorporándolos e incorporándolas al ejercicio de la Comunicación Popular con
pertinencia social, a estas experiencias locales de aprendizaje de los MAC, al
servicio de la conformación de Medios Comunales para los Desarrollos Locales.
Es un sueño posible que requiere de
mucha voluntad, aguante y decisiones políticas del más alto nivel en el poder
constituido y en el poder constituyente también. ¡¡Vamos!!, dejemos de ser
pendejos y abracemos la historia, que el futuro es nuestro.
2Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela (1999), Ley Orgánica de Telecomunicaciones, (2000) Reglamento de
Radiodifusión Sonora y Televisión Abierta Comunitarias de Servicio Público Sin
Fines de lucro (2002).
3Encuentro Nacional de Comuneros y Comuneras, Mesas
de Trabajo, Sede de la UBV, Caracas, , Dic-2013.
http://www.aporrea.org/medios/a186732.html
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