Caracas, 19 May. AVN.- En la novela de Antonio Tabucchi, Sostiene Pereira, el doctor Cardoso, personaje que influye en la percepción de la vida que hasta cierto momento posee Pereira, protagonista de la historia, sugiere la idea de la "confederación de las almas" o el concepto de que en cada ser humano existe una diversidad de almas entre las cuales una domina a las demás, hasta que una crisis produce que la supremacía de alguna sea derrotada para que otra ocupe su lugar.
Esta dialéctica de almas en conflicto dentro de un mismo personaje es lo que resalta en el filme Malcom X (1992), del director estadounidense Spike Lee, protagonizada por al actor Denzel Washintong, biopic que narra la historia del líder afroamericano, caracterizada por una serie de cambios que lo llevaron de ser hijo de una familia perseguida hasta convertirse en un luchador social, en un rito de paso que incluyó la delincuencia y el presidio.
Malcom Little (Washington), como es su verdadero nombre, nació en Omaha, Nebraska, el 19 de mayo de 1925. A la edad de seis años, su padre, un pastor bautista a favor del rescate de los valores africanos, fue asesinado por radicales rascistas y posteriormente perdió la custodia de su madre para ingresar en distintos albergues, en los que "era el único niño de color, convertido en una especie de mascota".
Aunque siempre fue un niño inteligente y aplicado, con buenas calificaciones, la exclusión impuesta por el "hombre blanco", fue determinante en lo hechos que le tocaría vivir en adelante, cuando abandonara la niñez.
En un diálogo con su profesor, el señor Ostrowski, en el que le manifiesta su aspiración de ser abogado, la respuesta de su mentor demuestra el desprecio que la sociedad americana de la década de 1930 tenía por los afroamericanos. "Lo importante es ser realista, tú nos gustas, pero tú eres negro y ser abogado no es una meta realista para un negro".
Su adolescencia la vivió en Boston y Nueva York, involucrándose con bandas delictivas y participando en actividades ilegales como el juego, robos y tráfico de drogas, que lo llevaron a la prisión estatal de Massachusetts, donde conoce a Baines (Albert Hall) quien lo introduce a la Nación del Islam, organización religiosa dirigida desde 1934 por el líder musulmán Elijah Muhammad.
Ya varias almas han convivido en aquel joven de Nebraska, la del niño excluido, el adolescente frívolo practicante de la vida fácil y la del convicto signado por la tortura. Luego, surgirá el joven estudioso que aspira la liberación del pensamiento a través de la lectura y el despertar de la conciencia afroamericana desde los mandamientos del islam.
"Jesús era hebreo", afirma en una conversación con el capellán de la cárcel, en la que recuerda el fenotipo de la región donde, según las escrituras, proviene Jesús, para concluir diciendo "Puedo probarle que Dios es negro", diálogo que demuestra el cambio de percepción que devino en él, llamándose desde ese momento Malcom X, al prescindir de su apellido heredado de los esclavistas.
De haber sido un joven que desrizaba su cabello, pasa a convertirse en un gran ministro de la Nación del Islam que lleva su mensaje a diversas comunidades afroamericanas, universidades y mezquitas a lo largo de Estados Unidos, en el que denunciaba con un lenguaje radical el racismo y la política de ese país, patente a través de los dos partidos del colonialismo e imperialismo, el Demócrata y el Republicano.
Un conflicto de intereses junto a serias denuncias contra su líder espiritual Muhammad devienen en su expulsión de la organización religiosa que se había vuelto corrupta y pro capitalista, al margen de las luchas civiles, línea escindida del discurso de Malcom X.
Luego de ser expulsado por la organización en 1964, en Malcom X deviene otro cambio que significa su independencia religiosa y política. Funda la Organización de la Unidad Afroamericana, con mayor amplitud que la línea islámica que lo había caracterizado hasta entonces, para hacerle frente a la discriminación racial mediante un consenso de distintas organizaciones y hace un peregrinaje por África, Medio Oriente, Francia, Inglaterra y Suiza.
Su contacto con grupos de izquierda, luchadores sociales y comunistas lo lleva a reflexionar sobre la internacionalización de la lucha racial y a comprender verdaderamente el sentido del islam, lejos del nacionalismo y supremacía negra promovida por Muhammad y más cerca del concepto de que hombres blancos, afroamericanos o de cualquier raza son iguales ante la religión.
"Y veo a Estados Unidos con los ojos de la víctima. No veo ningún sueño norteamericano, veo una pesadilla norteamericana", dijo en Detroit, en febrero de 1965.
"Ha llegado la hora de los mártires", expresa el personaje interpretado por Denzel Washington en las últimas escenas de la película, basadas en los hechos del 21 de febrero de aquel año, cuando Malcom X fue asesinado a balazos en el teatro Audubon Ballroom de Broadway, Nueva York.
En el largometraje, la conmocionante escena de su asesinato es sucedida por una voz en off del poeta y activista afroamericano Ossie Davis y concluye con la aparición de Nelson Mandela, quienes recuerdan las ideas y pensamientos de Malcom X.
El filme de 202 minutos se inspira en la autobiografía del líder, escrita por Alex Haley, incluye escenas documentales y la aparición del mismo director Spike Lee como "Shorty", compañero de Malcom Little en su adolescencia. Aunque no se incluyen las referencias a Cuba y China, con cuyas revoluciones se identificó Malcom X, resalta claramente la evolución de su lucha contra la discriminación y su propuesta revolucionaria.