Este nuevo aniversario de reivindicación de la soberanía argentina en las Islas Malvinas no sólo debe servir para homenajear a quienes en diferentes patriadas tuvieron el coraje de dar testimonio, hasta con sus propias vidas, de un reclamo histórico ineludible, sino que ubica a ese territorio usurpado por Inglaterra, en su verdadera dimensión estratégica.
Malvinas no es sólo argentina, sino que en defensa de su soberanía, en varias ocasiones se han levantado voces y brazos de América Latina. Defendiendo ese encuadre territorial del que nadie tiene dudas, salvo la Europa OTANiana, la historia recuerda el heroico alzamiento en armas del Gaucho Rivero, luego la maravillosa gesta de la Operación Cóndor, encabezada por el revolucionario peronista Dardo Cabo, y por último, la sangre derramada en lucha desigual por tantos jóvenes soldados en 1982, poniendo de esta manera en evidencia la cobardía y traición de los jefes militares de la dictadura.
Malvinas es hoy, sin lugar a dudas, una de las mayores bases militares de la OTAN en el mundo. Dicho emplazamiento bélico, conocido como de Mount Pleasant, está ubicado a 60 kilómetros de Puerto Argentino, y a 700 km de la costa patagónica, ocupando la región más llana de la isla Soledad, cercana al mar y apta para el desplazamiento de aviones y helicópteros. En ella operan de modo permanente por lo menos 1.500 militares y 500 civiles británicos. Los contingentes se renuevan periódicamente y algunos de los soldados allí instalados han combatido en Medio Oriente y permanecen en las Islas seis semanas sometidos a un duro entrenamiento.
Otro dato revelador de la importancia económica y geopolítica de las Islas, es que el 7% del presupuesto total de la OTAN está destinado a las Malvinas.
En el actual marco de una ofensiva imperialista que se desarrolla en varios continentes, y que en Latinoamérica y el Caribe muestra su rostro más injerencista en la escalada de violencia que soporta la República Bolivariana de Venezuela, nos obliga a colocar la batalla geoestratégica por Malvinas en su justo término.
Estados Unidos y los países que componen la OTAN buscan apoderarse de los recursos naturales del continente. Lo intentan hacer de la misma manera que han venido practicando en el Medio Oriente: masacrando pueblos enteros, destruyendo la infraestructura de cada uno de los países invadidos, haciendo retroceder a las sociedades agredidas a la Edad Media. Para desarrollar esta estrategia intervencionista, generan Alianzas económicas como la del Pacífico, a la que se han subido de inmediato los gobiernos que no disimulan sus relaciones carnales con el Imperio. O desarrollan condiciones para impulsar golpes de carácter parlamentario, con apoyo de la derecha económica, militar y mediática, como ya ocurrió con Honduras y Paraguay. O no dejan de poner palos en la rueda para que se concrete la voluntad del pueblo y el Gobierno boliviano, en relación con una necesaria salida al mar.
Bases militares instaladas en varios de nuestros países, misiones "humanitarias" utilizadas como "caballos de Troya" en los sitios más maltratados por la pobreza, infinidad de ONGs, actuando descaradamente en la desestabilización de gobiernos revolucionarios, son todas señales de peligro para la autodeterminación del continente.
Es por ello, que este nuevo 2 de abril debe servir de símbolo de resistencia latinoamericana, a fin de repudiar la presencia de tropas de ocupación inglesas en las Islas Malvinas, la colonización y militarización constante, llevada a cabo en dicho territorio, y cada una de las maniobras desestabilizadoras que el imperialismo yanqui y sus aliados intentan generar contra los países que se oponen a sus maniobras.
Si decimos Malvinas, hablamos de Venezuela agredida. De la nación boliviana no retrocediendo ni un paso en sus demandas marítimas. Nos referimos también a Cuba socialista y sus lecciones constantes de dignidad y combate. Al Ecuador que enfrenta la Economía de mercado y la reemplaza por proyectos de Economía popular.
Si hablamos de Malvinas, nos estamos refiriendo a la lucha de los movimientos sociales, sindicales y estudiantiles, de jóvenes y mujeres, que no se dejan cooptar por políticas coyunturales y se rebelan contra el poder imperial.
Si nombramos a Malvinas, lo hacemos para situarla en la memoria como un ícono indispensable para seguir impulsando la Segunda Independencia que nos debemos.
Fuera ingleses y yanquis de América Latina!
Independencia y Patria Socialista!
Firman:
Convocatoria por la Liberación Nacional y Social
Movimiento Popular La Dignidad
Organización Social y Política Los Pibes
Organizaciones Libres del Pueblo
Resumen Latinoamericano
Barricada TV
Camino de los Libres
Movimiento Emancipador
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