Cuando el trágico deslave de 1999 los cuatro constituyentes de oposición
criticaron y criticaban todo lo que hacía el gobierno para atender
aquello, pero no aportaron ni una curita. Ahora censuran nuestra
solidaridad con el Ecuador. Hasta Rajoy envió a cien rescatistas y
toneladas de ayuda. Y la «Madre Patria» está pelando con 25% de
desempleo y Venezuela solo el 6%. O sea, son peores que Rajoy, que hay
que echarle.
Armaron la emboscada de Llaguno, secuestraron a Chávez, no lo mataron de vaina, abolieron la Constitución y mataron un gentío entre el 12 y el 13 de abril de 2002, cuando tenían a Chávez preso. Guarimbas en 2004 y 2014. Sin contar la contumelia mediática, atribución de fotos trágicas a Venezuela, crispación general, guerra económica y nos chantajean hasta con la cerveza, porque Lorenzo Mendoza solo tiene 7 millardos de dólares, o sea, está en el ladre.
No sigo borroneando, basta que leas en la Ley de Amnistía y Reconciliación el catálogo completo de trastadas, crímenes, desfalcos, arrollamiento de policías con autobuses, narcotráfico, uso y abuso de menores, traición a la patria, administración de explosivos, destrucción de bienes, incineración de bibliotecas, centros de salud, universidades y bebés (fallida, por ahora). Ya, ahí está la ley, no son inventos ni de Maduro ni de Diosdado.
Pero es peor. Sí, todo mal humano es empeorable. Hay un manantial diabólico importado, pero hay también producción nacional, enmarcada desde ya sabes cuál embajada.
¿Cómo puede una mente ser tan proterva? Siempre me he preguntado y ningún siquiatra me ha contado por qué los sicópatas o sociópatas hacen siempre el mal. Entiendo que no les importa causar daño porque no sienten emociones. Pero ¿por qué nunca nunca nunca eligen el bien? Lo curioso es que siempre siempre siempre eligen poner guayas para degollar motorizados, impiden el fluir de ambulancias, asesinan a quienes intentan desbloquear barricadas, aíslan barrios de clase media y alta, importan paracos, despiezan gente cuando «se les va la mano».
Y luego se autoperdonan mediante una ley cruel y ramplona. También entiendo que el sicópata es muy inteligente, pero estos son más brutos que el Asno de Buridán. E ignorantes, aunque sería injusto quitarles lo malvados.
Armaron la emboscada de Llaguno, secuestraron a Chávez, no lo mataron de vaina, abolieron la Constitución y mataron un gentío entre el 12 y el 13 de abril de 2002, cuando tenían a Chávez preso. Guarimbas en 2004 y 2014. Sin contar la contumelia mediática, atribución de fotos trágicas a Venezuela, crispación general, guerra económica y nos chantajean hasta con la cerveza, porque Lorenzo Mendoza solo tiene 7 millardos de dólares, o sea, está en el ladre.
No sigo borroneando, basta que leas en la Ley de Amnistía y Reconciliación el catálogo completo de trastadas, crímenes, desfalcos, arrollamiento de policías con autobuses, narcotráfico, uso y abuso de menores, traición a la patria, administración de explosivos, destrucción de bienes, incineración de bibliotecas, centros de salud, universidades y bebés (fallida, por ahora). Ya, ahí está la ley, no son inventos ni de Maduro ni de Diosdado.
Pero es peor. Sí, todo mal humano es empeorable. Hay un manantial diabólico importado, pero hay también producción nacional, enmarcada desde ya sabes cuál embajada.
¿Cómo puede una mente ser tan proterva? Siempre me he preguntado y ningún siquiatra me ha contado por qué los sicópatas o sociópatas hacen siempre el mal. Entiendo que no les importa causar daño porque no sienten emociones. Pero ¿por qué nunca nunca nunca eligen el bien? Lo curioso es que siempre siempre siempre eligen poner guayas para degollar motorizados, impiden el fluir de ambulancias, asesinan a quienes intentan desbloquear barricadas, aíslan barrios de clase media y alta, importan paracos, despiezan gente cuando «se les va la mano».
Y luego se autoperdonan mediante una ley cruel y ramplona. También entiendo que el sicópata es muy inteligente, pero estos son más brutos que el Asno de Buridán. E ignorantes, aunque sería injusto quitarles lo malvados.
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