Fotos: EFE
Caracas, 07 Abr. AVN.- En la biblia se
asegura que los humanos fuimos expulsados del paraíso por haber probado
el fruto del árbol del conocimiento. Quizá para que no ocurra lo mismo
con los paraísos fiscales o para que no le ocurra a quienes hoy tienen
recursos para estar en ellos, el "conocimiento" de los supuestos 11,5
millones de documentos "filtrados" de una empresa panameña es manejado a
través de un gotero administrado por muy pocos.
Aunque se presenta como la "mayor filtración" de documentos en la historia, sólo un puñados de periodistas tiene acceso a toda la información y le dice al mundo cuáles son las figuras políticas, deportivas o empresariales a las cuales hay que señalar. Costó casi un año presentar los primeros nombres. En el relato vertido por quienes controlan esta información, los documentos habrían sido recibidos por un diario alemán que prefirió entregárselos a un consorcio internacional de periodistas (ICIJ, por sus siglas en inglés) para hacer la investigación. Una agrupación libre de toda sospecha, financiada por empresas de Estados Unidos y por instituciones vinculadas al gobierno de ese país.
Se dice que son 2.6 terabytes de archivos, sujetos al mismo carácter secreto que tienen las fortunas protegidas por la firma panameña Mossack Fonseca. Nadie sabe algo más allá de la versión seleccionada, y difundida al mundo, por el consorcio de periodistas, financiado por transnacionales como "Ford, Rockefeller y la Open Society de George Soros (promotor del golpe de estado en Ucrania)", según señala el portal Misión Verdad.
La intención de no hacer público los documentos se sustenta en el compromiso de proteger a algunos ricos y a sus fortunas, quienes parecen los "buenos" de una trama en la que los malos son los primos, los amigos de la infancia, el cuñado de un amigo y el socio de un primo que está emparentado con la esposa de algún jefe de Estado que no es bien visto por Estados Unidos.
Los periodistas complotados firmaron un acuerdo de confidencialidad para no subir a internet los archivos, ni siquiera enviárselos a otros colegas o medios de comunicación.
En los papeles aparecen directamente algunos acaudalados de todo el mundo. Ninguno es de Estados Unidos: ni un político y mucho menos un empresario (que allá es la misma cosa), aunque casi la mitad de los millonarios del mundo (unos 61.300, el 48%) viven en EEUU de acuerdo al informe 2015 de Credit Suisse, una empresa dedicada a servicios financieros situada en Suiza.
Ante la duda, los mismos medios encargados de convertir el asunto en una presunta noticia tratan de aclarar sin desparpajo que los millonarios norteamericanos prefieren guardar sus fortunas en otro lado, sean ilícitas o no. Para esos medios, vinculados al ICIJ, el tema es una mera aclaratoria sin interés periodístico. Sin embargo, sí otorgan notoriedad periodística al presidente ruso Vladimir Putín, a quien embarran en estos papeles pese a que no aparece directamente en los documentos.
En el consorcio responsable de la divulgación participan periodistas venezolanos, formados y financiados por ONG's de EEUU, que se limitaron a señalar que hay más de 240 mil menciones sobre el país. Da la impresión de que en esta historia son mucho más importantes los archivos que se ocultan y no tanto los que se muestran.
Aunque se presenta como la "mayor filtración" de documentos en la historia, sólo un puñados de periodistas tiene acceso a toda la información y le dice al mundo cuáles son las figuras políticas, deportivas o empresariales a las cuales hay que señalar. Costó casi un año presentar los primeros nombres. En el relato vertido por quienes controlan esta información, los documentos habrían sido recibidos por un diario alemán que prefirió entregárselos a un consorcio internacional de periodistas (ICIJ, por sus siglas en inglés) para hacer la investigación. Una agrupación libre de toda sospecha, financiada por empresas de Estados Unidos y por instituciones vinculadas al gobierno de ese país.
Se dice que son 2.6 terabytes de archivos, sujetos al mismo carácter secreto que tienen las fortunas protegidas por la firma panameña Mossack Fonseca. Nadie sabe algo más allá de la versión seleccionada, y difundida al mundo, por el consorcio de periodistas, financiado por transnacionales como "Ford, Rockefeller y la Open Society de George Soros (promotor del golpe de estado en Ucrania)", según señala el portal Misión Verdad.
La intención de no hacer público los documentos se sustenta en el compromiso de proteger a algunos ricos y a sus fortunas, quienes parecen los "buenos" de una trama en la que los malos son los primos, los amigos de la infancia, el cuñado de un amigo y el socio de un primo que está emparentado con la esposa de algún jefe de Estado que no es bien visto por Estados Unidos.
Los periodistas complotados firmaron un acuerdo de confidencialidad para no subir a internet los archivos, ni siquiera enviárselos a otros colegas o medios de comunicación.
En los papeles aparecen directamente algunos acaudalados de todo el mundo. Ninguno es de Estados Unidos: ni un político y mucho menos un empresario (que allá es la misma cosa), aunque casi la mitad de los millonarios del mundo (unos 61.300, el 48%) viven en EEUU de acuerdo al informe 2015 de Credit Suisse, una empresa dedicada a servicios financieros situada en Suiza.
Ante la duda, los mismos medios encargados de convertir el asunto en una presunta noticia tratan de aclarar sin desparpajo que los millonarios norteamericanos prefieren guardar sus fortunas en otro lado, sean ilícitas o no. Para esos medios, vinculados al ICIJ, el tema es una mera aclaratoria sin interés periodístico. Sin embargo, sí otorgan notoriedad periodística al presidente ruso Vladimir Putín, a quien embarran en estos papeles pese a que no aparece directamente en los documentos.
En el consorcio responsable de la divulgación participan periodistas venezolanos, formados y financiados por ONG's de EEUU, que se limitaron a señalar que hay más de 240 mil menciones sobre el país. Da la impresión de que en esta historia son mucho más importantes los archivos que se ocultan y no tanto los que se muestran.
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