por Isabela Garrido
Caracas, 10 Jun. AVN.- Henrique Capriles ha hecho lo posible, al menos en su discurso, por separarse de la vieja política venezolana, pero la presencia de sus invitados este domingo en el acto de postulación ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), dice lo contrario.
Figuras de la vieja política o "cadáveres insepultos", como sentenció alguna vez una de las figuras más resaltantes del Pacto de Punto Fijo, se dieron cita en el lugar para aparecer entre los retratos de un desgastado álbum de familia. Henry Ramos Allup, el secretario general de Acción Democrática (AD) formó parte del "petit comité", lo mismo que un Morel Rodríguez encorbatado y un Antonio Ledezma en jean y franela.
Ya no se sientan en las primeras filas que antes ocuparon, pero están ahí, una vez más, onmipresentes, acompañando en esta oportunidad al "muchacho" Henrique Capriles.
También estuvieron los herederos de esta vieja política, como José Manuel Olivares, un muchacho que aspira ser alcalde de Vargas por el partido Un Nuevo Tiempo (UNT), quien recibió aplausos desde la Plaza Diego Ibarra, situada frente a la terraza del ente comicial, luego de saludar en compañía de un amigo con gorra tricolor, al grupo de simpatizantes.
Luego del saludo, entre risas, Olivares y su amigo fueron en busca del ex candidato presidencial en tiempos del puntofijismo, Andrés Velásquez, diciendo: "éste también despierta pasiones", comentario que cerraron a carcajadas.
La diputada María Corina Machado también estuvo entre los contertulios, al igual que el periodista experto en moda y crónicas sociales, Roland Carreño y su compañero, Leopoldo Castillo, el "ciudadano", quien modera un conocido programa en Globovisión, desde el cual también se erige como vocero de la tolda opositora.
Mientras esperaban a Capriles, los convidados a este encuentro saludaban, iban y venían de un lado a otro, junto a ellos, unas 140 personas estuvieron con el ex gobernador de Miranda en la terraza del CNE, espacio en el que se realizó la postulación. Se contaban familiares, diputados y amigos del aspirante de derecha, quien pisó la institución a las 2:43 minutos de la tarde.
El discurso y la nostalgia
Antes de entrar al CNE, Capriles ofreció un discurso en la Plaza Caracas. Sus palabras fueron seguidas por invitados y periodistas a través de una pantalla que el equipo técnico de Globovisión tenía instalada en la institución electoral.
La voz frágil del candidato hizo que quienes lo veían a través de la pantalla hicieran un incómodo silencio. "Es que está enfermo", excusó una voluntaria del comando de campaña de la oposición.
Al culminar las palabras, la llegada del candidato al CNE era inminente. Todos corrieron a sus lugares para recibirlo con aplausos.
Capriles fue postulado por 33 organizaciones, entre las que se cuenta AD, Copei, la Mesa de la Unidad Democrática y Alianza Bravo Pueblo.
Tras culminar el acto, siguieron los aplausos, los saludos, las felicitaciones y las caras felices.
Al irse Capriles, los simpatizantes apostados a las afueras del CNE comenzaron a ir hasta la estación de metro Capitolio, que estuvo libre por unas horas para evitar que el número de personas ocasionara un colapso.
En el camino hacia la estación del Metro de Caracas gritaron unas cuantas palabras en contra del presidente Hugo Chávez.
Y entre dimes y diretes los simpatizantes del candidato de la derecha llegaban hasta el Metro. Ya dentro de la estación, aguardaba por subir al vagón en dirección Palo Verde, el diputado Julio Montoya; parlamentario de la "nueva generación" que al mejor estilo de sus maestros de la vieja escuela comenzó a lanzar improperios contra Chávez y para cerrar su tosquedad gritó, "hay que sacarlo".
La partida del tren y el tránsito, cada vez menor, de quienes fueron al acto eran señales de que la jornada había concluido, con la reflexión de que hasta en asuntos de la vieja política el alumno puede superar al maestr
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