lunes, 11 de junio de 2012



El asesinato del ídolo del Binomio de Oro fue un crimen que conmovió al país y al mundo vallenato.

Sumergidas en poncheras de agua enjabonada quedaron las prendas que Lucila Vides lavaba a primera hora del viernes 12 de junio de 1992. Una noticia emitida al despuntar el sol por un programa radial le apuñaló el alma y solo le dio tiempo para derramar unas cuantas lágrimas antes de salir rauda desde su vivienda, en el barrio Soledad 2000, hacia el norte de Barranquilla.
Aún sin creerlo, Vides quería confirmar con sus propios ojos la información que daba por asesinado, en la víspera, en la puerta de su residencia, en la capital del Atlántico, a su ídolo, el cantante vallenato Rafael Orozco Maestre, voz líder del Binomio de Oro. Orozco no solo era su artista más querido, era ese niño que conoció en su natal Becerril (Cesar) y que ayudaba a su familia transportando cargas de agua sobre el lomo de un burro, a orillas del río Maracas.Vides es una de las cerca de 30 mujeres del club de fans 'Seguidores, Binomistas por siempre', que ya tiene de vida los mismos 20 años que el cantante de fallecido.
Sentencia: larga espera Sus fanáticos y, por supuesto, sus seres queridos aseguran que todavía no se reponen de la temprana partida del cantante, nacido el 24 de marzo de 1954, y que en ese fatídico 1992 debutaba como compositor con la canción Solo para ti, dedicada a su esposa, Clara Elena Cabello.
El 6 de junio de 1992, en Cúcuta, fue la última vez que Orozco interpretó sus éxitos. Venía de una gira de 45 días por Venezuela y el interior del país, por lo que decidió retornar el martes 9 de junio a Barranquilla para visitar a su familia, especialmente a sus tres hijas -Kelly, Wendy y Lorraine-, quienes con 14, 11 y 4 años, respectivamente, le habían pedido estar a su lado en la entrega de boletines por fin de año académico. Su estadía sería fugaz. El sábado 13 estaba contratado para un concierto en Yopal, donde lo esperaban los demás miembros de su grupo, incluido su inseparable acordeonero, Israel Romero.
Fueron los primeros hechos que las autoridades tuvieron en cuenta a la hora de indagar los móviles del asesinato, una complicada tarea que a los órganos judiciales les tomó seis largos años y dos meses. Una investigación llena de irregularidades y contradicciones.
El 19 de agosto de 1998, el Juzgado Cuarto Penal del Circuito de Barranquilla determinó que la muerte del ídolo vallenato obedeció a móviles pasionales, puesto que este sostenía una relación extramatrimonial con María Angélica Navarro Ogliastri, descrita en el expediente del caso como una joven hermosa, trigueña, de cabellos largos rizados, quien habría sido pretendida por un amigo de su familia, el narcotraficante José Reinaldo Fiallo, alias 'el Nano', abatido en noviembre de 1992, en Medellín.
La sentencia responsabiliza a Fiallo y a su guardaespaldas de confianza, Sergio González Torres, alias 'Tato', asesinado junto a él, de la muerte del cantante. El primero, como autor intelectual, y el segundo, como quien disparó a Orozco, de 38 años, en por lo menos ocho ocasiones, a las 9:45 de aquella noche, cuando el cantante se encontraba en la terraza de su casa, en el barrio Villa Santos, conversando con dos de sus utileros.
Según la Fiscalía, una de las pruebas reinas para corroborar la vinculación de 'el Nano' y 'Tato' es que el narcotraficante portaba, el día en que fue asesinado, la pistola Heckler & Roch, modelo P7 K3, calibre 7,65, con la que dispararon contra Orozco.
El párrafo siete del folio 492, que hace parte de la sentencia del caso Orozco, presenta, además, una carta dirigida al entonces fiscal general de la Nación, Gustavo de Greiff, hecha desde un centro carcelario por Mario Alzate Urquijo, en la que se explica que 'el Nano' Fiallo manifestó en presencia suya y de otras personas ligadas al narcotráfico que tenía todo el respaldo de su patrón, alias 'Camilo', para ultimar a Rafael Orozco, porque estaba sosteniendo una relación con su novia.
La investigación estuvo a punto de dar un giro intempestivo cuando otro testigo, de identidad reservada, relató desde Bogotá que el crimen lo dispuso el llamado cartel de la Costa, dado que Orozco era presuntamente el encargado de ingresar cuantiosas sumas de dólares desde el exterior, camuflados en los acordeones, y que un día no quiso entregar tres millones y medio de dólares.
En la prolongada investigación también se vinculó a Francisco Manuel Corena Moreno y Alfonso Rafael Ariza de la Hoz, utileros de la agrupación Binomio de Oro, con quienes Orozco dialogaba minutos antes de su muerte.
Los jóvenes fueron vinculados en algún momento, en calidad de cómplices, puesto que a lo largo del proceso sus versiones cayeron en algunas contradicciones. Tanto Corena como Ariza de la Hoz se encuentran desaparecidos desde el 4 de agosto de 1992, tras su última declaración. Ni siquiera se les pudo notificar que la sentencia los absolvía del crimen completamente.
La vida sin Rafael En el último piso de un edificio del norte de Barranquilla, en medio de una sala repleta de fotografías y recuerdos de Rafael Orozco, Clara Elena Cabello cuenta con serenidad que sigue sintiendo el mismo dolor en cada aniversario de la muerte del cantante.
La viuda le gana una batalla a la tristeza cuando habla de los logros obtenidos por sus tres hijas (Kelly, hoy de 34 años; Wendy, de 31; y Lorraine, de 24). "Es un orgullo que solo se ha podido hacer realidad gracias a la ayuda de Dios. No contar con su apoyo como padre, esposo y amigo es lo más difícil de criar a las niñas, que son mi orgullo", afirma Cabello.
Kelly vive en Miami y es administradora de empresas; Wendy, en Barranquilla, y es comunicadora social; y Lorraine acaba de terminar estudios de negocios internacionales. Ninguna se ha casado ni tiene hijos, pero aseguran que sí han debatido sobre la posibilidad de llamar Rafael al primer varón que llegue.
"De eso se ha hablado, pero no hay nada en forma. Lo cierto es que 'Rafa' está todo el tiempo en nuestras mentes y seguirá ahí por siempre", sentencia con lágrimas en sus ojos la también protagonista de Solo por ti, la segunda canción compuesta por Orozco a su esposa, que cantó después Jean Carlos Centeno, en la nueva era del Binomio.
La viuda se emociona por la novela que está grabando el Canal Caracol, protagonizada por Alejandro Palacios y Taliana Vargas. "Queremos que se le rinda un homenaje como él se lo merece. La verdad, estamos contentas con las personas vinculadas al proyecto", asegura.
Este lunes, la tumba de Rafael Orozco será la más visitada del viejo cementerio barranquillero. Sus canciones retumbarán en cada rincón y varias misas se oficiarán en su nombre. Como su viuda lo describe, parece que no pasara el tiempo. Los recuerdos del cantante siguen intactos en la mente de su eterno público.

Andrés Artuz Fernández
Corresponsal de EL TIEMPO
Barranquilla

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