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MADRID (Reuters) - Cientos de miles de personas, en su mayoría niños, se echaron el jueves a las calles españolas para recibir a los Reyes Magos, que según recoge la tradición en España vienen a poner fin a las Navidades, marcadas este año por la crisis.
Melchor, Gaspar y Baltasar transitarán por las calles de varias ciudades españolas, incluida Madrid, donde desfilarán en una cabalgata de 32 elementos relacionados con el mundo de los juguetes y bajo el lema "El regalo de la inocencia".
Sin embargo, la crisis económica y financiera en la que España está sumida ha hecho que este año las cabalgatas sean más austeras, y en algunos lugares ni siquiera habrá desfile de Sus Majestades de Oriente.
En Madrid sólo habrá cabalgata en cuatro distritos de los 21 en los que se celebró el año pasado. En Majadahonda y Las Rozas, por ejemplo, la misma cabalgata recorrerá los dos municipios, y ambos ayuntamientos compartirán gastos.
En Chirivella (Valencia), los propios vecinos del municipio han confeccionado los trajes de monarcas y pajes, y los Reyes Magos viajan en poni en lugar de camello. Peor es el caso de Hellín (Albacete), donde ni siquiera se podrá llevar a cabo la cabalgata.
Ajenos a la crisis, los niños ilusionados se agolpaban a pie de calle para ver a Sus Majestades antes de que vayan por la noche a sus casas a dejarles los regalos.
"Yo para el año que viene le piso a los Reyes tener cerca a mi hermanita para poder jugar con ella", destacó además de su lista de regalos Ariadna, de 6 años, un deseo que su hermana pequeña Noa, de 3, se apresuró a secundar.
En la capital de España, la comitiva real, montada en carrozas con formas de dulces diversos, iluminadas con cientos de miles de bombillas de bajo consumo y atendidas por 35 pajes cada una, Sus Majestades repartieron más de 1.000 kilogramos de caramelos sin gluten.
Tras la lectura del tradicional mensaje de los Reyes Magos, Madrid les despedirá con un espectáculo pirotécnico al ritmo de la "Sinfonía de los juguetes" de Mozart.
La tradición cristiana cuenta que Melchor, Gaspar y Baltasar siguieron la Estrella de Belén, que los llevó hasta el pesebre en que nació el niño Jesús, donde adoraron al hijo de Dios y le ofrecieron oro, en señal de riqueza; incienso, que significa alabanza, y mirra, como presagio de la amargura que le esperaba.
Los tres Reyes Magos visitan a los niños españoles desde hace mucho tiempo, y continúan haciéndolo a pesar de la influencia cada vez mayor del nórdico y gordinflón Papá Noel o Santa Claus.
Aunque el Día de los Reyes Magos, o Epifanía, tiene un origen religioso, la costumbre más laica de sorprender el 6 de enero con juguetes y regalos a los niños data del siglo XIX.
La gran mayoría de los niños españoles sienten una verdadera fascinación por estos personajes misteriosos y mágicos, y la noche del 5 de enero se apresuran a poner sus zapatos, junto a bebida y comida para Sus Majestades y sus camellos.
Melchor, Gaspar y Baltasar transitarán por las calles de varias ciudades españolas, incluida Madrid, donde desfilarán en una cabalgata de 32 elementos relacionados con el mundo de los juguetes y bajo el lema "El regalo de la inocencia".
Sin embargo, la crisis económica y financiera en la que España está sumida ha hecho que este año las cabalgatas sean más austeras, y en algunos lugares ni siquiera habrá desfile de Sus Majestades de Oriente.
En Madrid sólo habrá cabalgata en cuatro distritos de los 21 en los que se celebró el año pasado. En Majadahonda y Las Rozas, por ejemplo, la misma cabalgata recorrerá los dos municipios, y ambos ayuntamientos compartirán gastos.
En Chirivella (Valencia), los propios vecinos del municipio han confeccionado los trajes de monarcas y pajes, y los Reyes Magos viajan en poni en lugar de camello. Peor es el caso de Hellín (Albacete), donde ni siquiera se podrá llevar a cabo la cabalgata.
Ajenos a la crisis, los niños ilusionados se agolpaban a pie de calle para ver a Sus Majestades antes de que vayan por la noche a sus casas a dejarles los regalos.
"Yo para el año que viene le piso a los Reyes tener cerca a mi hermanita para poder jugar con ella", destacó además de su lista de regalos Ariadna, de 6 años, un deseo que su hermana pequeña Noa, de 3, se apresuró a secundar.
En la capital de España, la comitiva real, montada en carrozas con formas de dulces diversos, iluminadas con cientos de miles de bombillas de bajo consumo y atendidas por 35 pajes cada una, Sus Majestades repartieron más de 1.000 kilogramos de caramelos sin gluten.
Tras la lectura del tradicional mensaje de los Reyes Magos, Madrid les despedirá con un espectáculo pirotécnico al ritmo de la "Sinfonía de los juguetes" de Mozart.
La tradición cristiana cuenta que Melchor, Gaspar y Baltasar siguieron la Estrella de Belén, que los llevó hasta el pesebre en que nació el niño Jesús, donde adoraron al hijo de Dios y le ofrecieron oro, en señal de riqueza; incienso, que significa alabanza, y mirra, como presagio de la amargura que le esperaba.
Los tres Reyes Magos visitan a los niños españoles desde hace mucho tiempo, y continúan haciéndolo a pesar de la influencia cada vez mayor del nórdico y gordinflón Papá Noel o Santa Claus.
Aunque el Día de los Reyes Magos, o Epifanía, tiene un origen religioso, la costumbre más laica de sorprender el 6 de enero con juguetes y regalos a los niños data del siglo XIX.
La gran mayoría de los niños españoles sienten una verdadera fascinación por estos personajes misteriosos y mágicos, y la noche del 5 de enero se apresuran a poner sus zapatos, junto a bebida y comida para Sus Majestades y sus camellos.
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