Caracas, 17 Ene. AVN .- Ni el Estado, ni el sector privado superan la capacidad constructora de viviendas que históricamente ha tenido el pueblo. Sobre esta base el Movimiento de Pobladores lanza como línea estratégica el devolver a la gente su poder de habitar.
Al frente de la organización social Campamento de Pioneros, una de las que integra el Movimiento de Pobladores, está Juan Carlos Rodríguez, quien confía plenamente en la fuerza que tienen las personas para pegar ladrillos, alzar columnas y hacer comunidad.
A partir de la creación de los Comités de Tierra Urbana, en el año 2002, empezaron las comunidades a organizarse en torno al tema de la vivienda y surgió este Movimiento de Pobladores, donde conviven agrupaciones como Conserjes Unidos por Venezuela, Comité de Inquilinos, el Frente de Inquilinos y Ocupantes, entre otros.
“El capitalismo nos arrebató nuestro poder de habitar, algo intrínseco de la especie humana: la transformación de nuestro medio ambiente natural para construir un medio ambiente cultural”, apuntó el también arquitecto y profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV).
Dijo que en Caracas, 7 de cada 10 viviendas han sido construidas por el pueblo, al margen del sistema capitalista y de los gobiernos de la Cuarta República. Actualmente, el sector privado sólo construye 15% de las unidades habitacionales demandadas, a precios que únicamente pueden ser pagados por las clases más pudientes.
“El capitalismo nos dijo "tranquilo, no construyas tu casa ven a trabajar a nuestra fábrica, yo te construyo la casa y tú me la vas a comprar", así mercantilizó la vivienda, y de allí es que sale la política del Estado como constructor de vivienda para los pobres”, explicó.
Rodríguez aclaró que en el país se heredó la concepción socialdemócrata europea de transferir el problema de la vivienda al Estado, y así nació en Venezuela el Banco Obrero, a final de la década de los 20, promovido por los constructores.
“Fue la burguesía la que planteó esa idea del Estado constructor de viviendas terminadas, y con 80 años de historia del Banco Obrero, nunca ha resuelto el problema de la vivienda”.
El poder creador del pueblo
Desde el Campamento de Pioneros plantean orientar la fuerza constructora del pueblo, que además de alzar viviendas donde pudo y cómo pudo durante años debido a la exclusión, ha levantado barrios y comunidades.
En este sentido proponen socializar los medios de producción de la vivienda al pueblo organizado: el suelo urbano, la tecnología para la construcción, el conocimiento científico técnico, la maquinaria, los materiales de construcción, insumos, y el financiamiento.
“Le das los medios de producción al pueblo organizado, no para hacer viviendas para vender, sino para hacer viviendas para vivir, y la ganancia que se lleva una empresa constructora aquí te la ahorras”, expresó.
Se han organizado de tal forma que en su programa de trabajo tienen establecido un movimiento colectivo de planificación, uno de asistencia técnica, y otro de producción, para que sea la comunidad la que adquiera maquinarias, compre los materiales y contrate la mano de obra.
“Es un método autogestionario, la comunidad se convierte en empresa constructora y controla el suelo. Es un proceso colectivo: autogestión, propiedad colectiva y trabajo familiar”, indicó.
Dijo que mientras el capitalista hace viviendas para ganar dinero y reproducir capital, el pueblo hace viviendas para la satisfacción de necesidades para reproducir la vida. “A nosotros nos interesa es tener un buen vivir, el vivir viviendo”.
La vivienda adecuada a la cultura
La cocina para los venezolanos es una de las partes más importantes del hogar, y muchas veces se convierte en un punto de confluencia de toda la familia. No obstante, las consideraciones que han tomado algunas empresas constructoras para ensamblar espacios para familias difieren de esto.
Para Rodríguez se ha roto la esencia cultural dentro de las viviendas que realizan las grandes constructoras, y los resultados son espacios que no responden a las actividades.
“El capitalismo hace cubículos, fabrica un depósito y te lo vende, no hace viviendas para la vida, sino para ganar plata. Además, las casas que diseñan los arquitectos son malísimas porque no responden ni al contexto cultural, ni al clima”, refirió el representante del Movimiento de Pobladores.
Criticó que las cocinas en los espacios que alzan las constructoras son pequeñitas, cuando culturalmente los venezolanos se reúnen allí, y la familia termina “arrecochinada”.
“No hay una relación entre el espacio y el uso. Es como una imposición cultural”.
El Movimiento, que ha trabajado durante varios años en el diseño de un plan integral de transformación de los barrios, propone viviendas que estén adecuadas a las formas de vida de la gente, que el espacio sea producto de los quehaceres.
Al frente de la organización social Campamento de Pioneros, una de las que integra el Movimiento de Pobladores, está Juan Carlos Rodríguez, quien confía plenamente en la fuerza que tienen las personas para pegar ladrillos, alzar columnas y hacer comunidad.
A partir de la creación de los Comités de Tierra Urbana, en el año 2002, empezaron las comunidades a organizarse en torno al tema de la vivienda y surgió este Movimiento de Pobladores, donde conviven agrupaciones como Conserjes Unidos por Venezuela, Comité de Inquilinos, el Frente de Inquilinos y Ocupantes, entre otros.
“El capitalismo nos arrebató nuestro poder de habitar, algo intrínseco de la especie humana: la transformación de nuestro medio ambiente natural para construir un medio ambiente cultural”, apuntó el también arquitecto y profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV).
Dijo que en Caracas, 7 de cada 10 viviendas han sido construidas por el pueblo, al margen del sistema capitalista y de los gobiernos de la Cuarta República. Actualmente, el sector privado sólo construye 15% de las unidades habitacionales demandadas, a precios que únicamente pueden ser pagados por las clases más pudientes.
“El capitalismo nos dijo "tranquilo, no construyas tu casa ven a trabajar a nuestra fábrica, yo te construyo la casa y tú me la vas a comprar", así mercantilizó la vivienda, y de allí es que sale la política del Estado como constructor de vivienda para los pobres”, explicó.
Rodríguez aclaró que en el país se heredó la concepción socialdemócrata europea de transferir el problema de la vivienda al Estado, y así nació en Venezuela el Banco Obrero, a final de la década de los 20, promovido por los constructores.
“Fue la burguesía la que planteó esa idea del Estado constructor de viviendas terminadas, y con 80 años de historia del Banco Obrero, nunca ha resuelto el problema de la vivienda”.
El poder creador del pueblo
Desde el Campamento de Pioneros plantean orientar la fuerza constructora del pueblo, que además de alzar viviendas donde pudo y cómo pudo durante años debido a la exclusión, ha levantado barrios y comunidades.
En este sentido proponen socializar los medios de producción de la vivienda al pueblo organizado: el suelo urbano, la tecnología para la construcción, el conocimiento científico técnico, la maquinaria, los materiales de construcción, insumos, y el financiamiento.
“Le das los medios de producción al pueblo organizado, no para hacer viviendas para vender, sino para hacer viviendas para vivir, y la ganancia que se lleva una empresa constructora aquí te la ahorras”, expresó.
Se han organizado de tal forma que en su programa de trabajo tienen establecido un movimiento colectivo de planificación, uno de asistencia técnica, y otro de producción, para que sea la comunidad la que adquiera maquinarias, compre los materiales y contrate la mano de obra.
“Es un método autogestionario, la comunidad se convierte en empresa constructora y controla el suelo. Es un proceso colectivo: autogestión, propiedad colectiva y trabajo familiar”, indicó.
Dijo que mientras el capitalista hace viviendas para ganar dinero y reproducir capital, el pueblo hace viviendas para la satisfacción de necesidades para reproducir la vida. “A nosotros nos interesa es tener un buen vivir, el vivir viviendo”.
La vivienda adecuada a la cultura
La cocina para los venezolanos es una de las partes más importantes del hogar, y muchas veces se convierte en un punto de confluencia de toda la familia. No obstante, las consideraciones que han tomado algunas empresas constructoras para ensamblar espacios para familias difieren de esto.
Para Rodríguez se ha roto la esencia cultural dentro de las viviendas que realizan las grandes constructoras, y los resultados son espacios que no responden a las actividades.
“El capitalismo hace cubículos, fabrica un depósito y te lo vende, no hace viviendas para la vida, sino para ganar plata. Además, las casas que diseñan los arquitectos son malísimas porque no responden ni al contexto cultural, ni al clima”, refirió el representante del Movimiento de Pobladores.
Criticó que las cocinas en los espacios que alzan las constructoras son pequeñitas, cuando culturalmente los venezolanos se reúnen allí, y la familia termina “arrecochinada”.
“No hay una relación entre el espacio y el uso. Es como una imposición cultural”.
El Movimiento, que ha trabajado durante varios años en el diseño de un plan integral de transformación de los barrios, propone viviendas que estén adecuadas a las formas de vida de la gente, que el espacio sea producto de los quehaceres.
15:55 17/01/2011
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