En su discurso como presidente reelecto de Ecuador, Rafael Correa, defendió el conjunto de políticas sociales que en los últimos años han contribuido a reducir la desigualdad social en su país y resaltó que el más reciente informe de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), capítulo panorama social 2012, destaca que tanto Ecuador, como Venezuela y Uruguay son los tres países de América Latina con menos desigualdad social.
En el acto de toma de posesión, el presidente reelecto de Ecuador precisó que durante el período 2006-2012, en que se ha profundizado la Revolución Ciudadana, alrededor de un millón de ecuatorianos dejó de ser pobre.
Asimismo, Correa detalló que otro millón de ciudadanos obtuvo afiliación en la seguridad social, se generaron miles de puestos de trabajo y, por primera vez en la historia de la nación andina, el ingreso familiar permite cubrir la canasta básica de consumo.
“La pobreza por ingreso ha caído de 37,6% a 27,3% y la pobreza extrema, indigencia, miseria, de 16,9% a 11,2% de la población. Vencer la pobreza debe ser el imperativo moral del planeta, más aun cuando ésta, por primera vez en la historia de la humanidad, no es fruto de escasez, de sequías, de ausencia de recursos, sino que es fruto de sistemas perversos”, sentenció.
Asimismo, el jefe de Estado ecuatoriano reflexionó acerca de que el principal indicador de desarrollo para el buen vivir no debe ser sólo el económico sino la reducción de la pobreza y, sobre todo, de la extrema.
“En América Latina las aberrantes distancias sociales y económicas mucho se asemejan al yugo de la esclavitud del siglo XIX, pues estas enormes diferencias en la concentración del ingreso impiden que una importante parte de nuestra población tenga una vida digna. Por eso, estamos orgullosos de ser, nuevamente, de acuerdo a la Cepal, el país que más reduce desigualdad en nuestra América”, subrayó.
Destacó que Ecuador es el país que más baja tasa de desempleo tiene con 4,1%, con lo que ha logrado combatir la economía ortodoxa “que nos decía: a menor salario, menor estabilidad, menores obligaciones patronales, leáse mayor explotación laboral, más empleo. Hemos hecho exactamente lo contrario, eliminar esa explotación laboral legalizada que se llamaba tercerización”.
También destacó la política financiera que le ha permitido al Estado obtener más recursos para la inversión social (8,3 del PIB), una acertada recaudación fiscal y un refinanciamiento de la deuda externa con sentido soberano que coloca al país con los índices más bajos de pago de la deuda (apenas 12% del PIB).
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