lunes, 13 de abril de 2015

Por Adrián Figueroa León (*):Venezuela principal objetivo del imperialismo norteamericano Parte I

La nueva recolonización de América Latina y El Caribe
“Todos los imperios que han existido en la historia de la humanidad, fenecieron producto de sus propias contradicciones, excesos y vicios; este no será la excepción.  Más temprano que tarde se impondrán la razón y la justicia”. 
Alejandro Castro Espín
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El Gobierno de EEUU irrumpió nuevamente en la escena internacional  el pasado 9 de marzo de 2015 con una declaratoria de emergencia del Presidente de Estados Unidos, Barack Obama quien suscribió un decreto injerencista, en el cual señala a Venezuela como una “amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y política exterior estadounidense”, lo cual nos hace pensar que se trata de una nueva escalada del proyecto recolonizador del imperio norteamericano contra Venezuela y la América Latina y El Caribe. 
Si analizamos desde el punto de vista del poderío estatal , es decir la capacidad de producir un efecto deseado, de influir, imponer su voluntad, de actuación en el ámbito internacional en factores geográficos, demográficos, recursos, población, acción colectiva y militar, ¿es Venezuela una amenaza para los EEUU?
Venezuela con su espacio geográfico continental, cerca de 30 millones de habitantes y un equipamiento militar para la disuasión y la defensa ¿podrá representar una amenaza para un país que se encuentra a más de 4.500 km de distancia, que lo supera más de 10 veces en lo que se refiere a espacio geográfico con sus 9.826.675 Km2, además tiene el ejército y el arsenal nuclear más poderoso del planeta?
Sin duda la respuesta es no, se trata de una nueva agresión que busca socavar no sólo el proceso político bolivariano, sino también es parte de la estrategia intimidatoria para contener el avance de los procesos nacionalistas, progresistas y bolivarianos que se están desarrollando en favor de la liberación, la unidad y la independencia de los pueblos de la América Latina y el Caribe.
 En el caso concreto de Venezuela, desde la llegada de la Revolución Bolivariana, en los últimos 16 años se debe recordar las distintas aventuras golpistas e injerencistas auspiciadas y financiadas por el imperialismo norteamericano a través de todo su complejo militar-financiero-industrial-comunicacional, ONG`s,  la USAID, y la NED, que han procurado detener el avance de la Revolución Bolivariana, teniendo que superar el golpe de Estado (2002) y el sabotaje Petrolero (2003), intentos de magnicidio, la infiltración de paramilitares en Venezuela, sabotaje económico y el más reciente intento de bombardear Caracas.
¿Cuál es el fundamento de la política exterior de EEUU hacia Venezuela?
La política exterior de EEUU se sostiene con base en el ideario de la llamada “Doctrina de Seguridad Nacional” y el “interés nacional” que no es otra cosa que las ideas dominantes de las élites oligarcas de los EEUU, que son los que realmente controlan el poder del imperio más poderoso de la historia.
Afirma Lenin que una de las principales tareas de los comunistas en lo que se refiere a la situación nacional, es “destacar los intereses de las clases oprimidas, de los trabajadores, de los explotados, distinguiéndolos con toda claridad del concepto general de intereses de toda la nación en su conjunto, que significan los intereses de la clase dominante.”   En otras palabras, no existe tal interés nacional al que hace referencia de una manera hipócrita el imperio norteamericano ya que la sociedad se encuentra dividida en clases sociales antagónicas, y la clase económica y políticamente dominante es quien define en un momento histórico, los fines e intereses vitales, excluyendo los intereses de los obreros, campesinos y explotados en general.
Tendríamos que buscar el verdadero fundamento de la política exterior estadounidense y su Doctrina de Seguridad en los orígenes de su creación como Estado-Nación. 
¿Cuál es el ideario injerencista de EEUU?
La llamada Doctrina Monroe, formulada por el quinto presidente  de los EEUU en 1823 bajo la frase de “América para los Americanos” que en ese contexto significó “América para los norteamericanos” prácticamente delimitó el hemisferio occidental como una zona de influencia exclusiva de EE.UU. 
Esta doctrina fue la primera pieza de la política exterior formulada por los EEUU desde su fundación hacia Nuestra América, la cual les permitió asegurar la dominación económica y justificar el intervencionismo en el continente americano, siendo además uno de los principales sustentos del sistema político del imperialismo yanqui utilizado durante la mayor parte de los siglos XIX, XX y XXI para intervenir en los asuntos de los países del continente desconociendo los principios del derecho internacional y la soberanía de los distintos países con la finalidad de convertirlos en su “patio trasero” y asegurar el “interés geoestratégico del imperio norteamericano”.
Se debe recordar que al año siguiente de la proclama de la Doctrina Monroe se produce un golpe definitivo a la dominación española cuando el 9 de diciembre de 1824 se expulsa definitivamente a los españoles con la batalla de Ayacucho, encabezados por Bolívar y el Mariscal Antonio José de Sucre.  Sólo le quedaba a España en América las colonias de Puerto Rico y Cuba.
A partir de 1826, el Libertador Simón Bolívar convocó el Congreso Anfictiónico de Panamá con el propósito de impulsar la confederación de Repúblicas de la América Meridional, para la creación de un órgano que contribuyera con la unidad de América, la conciliación política y económica de sus naciones y que al mismo tiempo sirviera para contribuir con la independencia de Cuba y Puerto Rico.
El proyecto integracionista de Bolívar, marco el inició de un largo camino de los pueblos nuestro americanos en la lucha por la unidad de América, pero al mismo tiempo, a partir de este contexto se inicia el historial de acciones intervencionistas de EEUU contra las contiendas libertarias e integracionistas. La razón era muy simple: el proyecto integracionista entorpecía los intereses económicos de los grupos de poder norteamericanos.
Tan sólo por citar algunos ejemplos, Abel González  señala que en 1826 Henry Clay, el Secretario de Estado estadounidense instruyó a dos integrantes de su delegación para boicotear cualquier resolución que surgiera del encuentro del Congreso Anfictiónico de Panamá.
Otro episodio intervencionista de la naciente potencia estadounidense de ese momento ocurrió cuando en 1829 William Henry Harrison fue descubierto y expulsado por el Gobierno de la Gran Colombia por organizar un complot para derrocar las autoridades de ese país, con gran acierto Bolívar lanzó aquella profética frase en una carta dirigida al Coronel Patricio Campbell  “(…)los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar la América de miserias a nombre de la Libertad”
En agosto de 1845 se formula por primera vez una doctrina ideológica que asegurará la expansión territorial de EEUU, lo que posteriormente se conocerá como la doctrina del Destino Manifiesto, según el cual EEUU tiene la  “misión” asignada por  “Dios”  para  conquistar nuevas fronteras, con la finalidad de llevar a todos los espacios la “democracia y la libertad.”
Para el 30 de mayo de 1848 EEUU sigue avanzando en sus pretensiones imperialistas y suscribe el Tratado de Paz Guadalupe Hidalgo en el cual se asegura la anexión estadounidense de un importante territorio de más de 2 millones de kilómetros cuadrados al norte del Rio Grande, México.
Ya para 1853 se reafirma la proyección imperialista y la naturaleza expansionista de los EEUU cuando el senador “demócrata” estadounidense Stephen Douglas asegura: “los Estados unidos están destinados a ejercer la hegemonía en el continente por medio de acorazados y cañones” .
En 1855 William Walker invade Nicaragua y se proclama Presidente, el cual es reconocido por EEUU, invade a Honduras y El Salvador y se proclama jefe de Estado en ambas naciones. Restaura la esclavitud en los territorios ocupados.
En 1898, EE.UU. le declara la guerra a España, ocupa  a Cuba y obliga a España a cederle los territorios de Puerto Rico, Guam, Filipinas y Hawái.
Desde el año 1900 hasta el día de hoy, existe un largo prontuario de intervenciones por parte de EEUU en América Latina y el Caribe que se sustentan en el mismo ideario expansionista con algunas actualizaciones según el presidente de turno, hasta llegar al 44º Presidente de los EEUU, Barack Obama.
¿Cuáles son las características de la política exterior de EEUU en la gestión de Obama “tuerce brazos”?
Según el ensayista norteamericano William Blum, quien es uno de los principales exponentes a la opinión pública sobre las terribles acciones llevadas por el personal de la CIA y además es citado por Guy Spitaels  señala lo siguiente:
La política exterior norteamericana se descompone de la siguiente manera:
“1. Dejar el mundo abierto y acogedor a lo que llamamos en el lenguaje común la globalización, especialmente para las empresas transnacionales radicadas en América;
2. Mejorar los balances de los proveedores de Defensa que han cotizado generosamente ante los miembros del Congreso y los residentes de la Casa Blanca;
3. Impedir la emergencia de toda empresa que pudiera ser utilizada como un ejemplo exitoso de alternativa al modelo capitalista;
4. Extender la hegemonía política, económica y militar sobre la parte más grande posible del planeta para prevenir la emergencia de todo poder regional que pudiera desafiar la supremacía norteamericana y crear un orden mundial a la imagen de América (Estados Unidos), tal como conviene a la única superpotencia mundial”
afigueroaleon@gmail.com

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