jueves, 21 de agosto de 2014

Diego Olivera: La crisis de valores y la búsqueda de un modelo humanista

Una nueva categoría “El Imperialismo como fase superior del Capitalismo”
En varios de nuestros artículos tratamos de exponer a los usuarios el tema de la crisis de valores en nuestra sociedad, que luego de siglos de buscar el humanismo nacido a partir de la revolución francesa en el siglo XIX, donde surgieron los nuevos postulados de una sociedad diferente, los principios de la equidad, con su llamado a la “igualdad, fraternidad y solidaridad”. En este período se postularon ideas de emancipación, que fueron enarboladas en nuestro continente por el proceso independencia hace más de 200 años.
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La explotación y el exterminio de los pueblos originarios fueron parte de una colonización a sangre y fuego, los valores de una sociedad feudal impuesta por los españoles y portugueses que no apostaban al desarrollo, sino al robo de las riquezas para las coronas ibéricas. Realidad que marco un modelo de subdesarrollo en el nuevo continente latinoamericano, que mantiene aún las bases de nuestras economías mono productoras, así como nuestra dependencia de los centros de poder.
En esta breve puntualización de algunos factores políticos y económicos de la conquista, es bueno señalar que el Siglo XIX marcó una nueva era en el pensamiento humano. El término humanismo, el socialismo, el movimiento obrero, marcaron importantes ideas y modelos de sociedad humanizada. La idea de una sociedad de igualdad y solidaridad surgió en el marco de muchos pensadores revolucionarios, desde las primeras nociones humanistas de J. Jacobo Rousseau, sobre el tema de la desigualdad y su propuesta de contrato social, que trataba de dar una explicación a las diferencias entre los hombres, condenando el poder de las clases económicas
Entre la desaparición del feudalismo como modelo de explotación económica, surgen nuevas clases sociales, como la Burguesía que controla al comienzo las primeras iniciativas capitalistas, hasta lograr posteriormente el control de las grandes industrias en un proceso de violencia política y guerras imperiales, para adueñarse de Europa y de las colonias en los otros continentes.
Surgen teorías socialistas y humanistas como propuesta anti capitalista
Ante esta realidad de la explotación, a escala mundial surge el pensamiento de los socialistas utópicos y el marxismo como teoría socialista, los cuales buscan respuestas al modelo capitalista. En esa realidad económica y política surge el pensamiento y la filosofía de Karl Marx. Sus definiciones económicas y la investigación de las leyes de la  dialéctica en el proceso social e histórico, revolucionan la mitad del siglo XIX. Su llamamiento a los trabajadores a organizarse para defender sus derechos, lo transforman en el eje revolucionario de los movimientos sociales. Sus constantes trabajos en revistas que el mismo dirigía, fueron censurados en Francia y Alemania.
Marx nunca aceptó el apodo de padre del marxismo, desestimó en vida una apología a su persona, no se consideraba de ningún modo el fundador del socialismo ni despreciaba a los pensadores anteriores y contemporáneos, como puede comprobarse en la siguiente cita: “En cuanto a mí, no me cabe el mérito de haber descubierto ni la existencia de las clases en la sociedad moderna ni en su lucha entre sí”.
Su gran aporte en lo económico fue definir en el concepto de plusvalía, la raíz de la explotación de los trabajadores, al demostrar que la ganancia del capitalista no estaba en la venta de la mercancía sino en la apropiación del valor real del trabajo que encerraba cada una de ellas, al pagar menos a la fuerza laboral, le quedaba otra ganancia acumulable, la cual encubría como costo de producción.
Una nueva categoría “El Imperialismo como fase superior del Capitalismo”
A finales del Siglo XIX  y en las primeras décadas del Siglo XX, se ampliaban los debates en la II internacional, donde se concebía al capitalismo solo como un modelo político, pero en sus estudios y en su trabajo “El Imperialismo como fase superior del Capitalismo”, demostrando que el capitalismo mutó a un modelo monopólico, generando de esa manera una nueva forma de explotación, de esta manera caracterizaba Lenin a la trasformación de este modelo capitalista:
1.     El imperialismo es el capitalismo altamente desarrollado, cuya esencia económica es el Monopolio.
2.      El nuevo papel de los bancos y la fusión de estos con el capital industrial lleva a la formación del capital financiero, y al poder de la oligarquía financiera.
3.       La exportación del capital adquiere una gran importancia, respecto a la exportación de mercancías, característica de la fase precedente.
4.      La formación de asociaciones capitalistas internacionales, que se reparten el mundo, y la terminación del reparto territorial  del planeta entre las potencias capitalistas más importantes.
La crisis de valores y la búsqueda de un modelo humanista
Estas definiciones sobre imperialismo, así como la caracterización de Marx, sobre la explotación en su definición de la plusvalía, son algunas de las premisas imposibles de soslayar en cualquier modelo de socialismo, porque el empirismo y el idealismo sin teoría no logran crear una propuesta humanista, donde los valores de igualdad y  solidaridad deben ser parte de la conciencia social.
No concebimos que sólo un modelo teórico de sociedad pueda ser la llave a las transformaciones populares, la falla de otros modelos anteriores de socialismo, como el de la URSS y el Campo Socialista, se sustentaron en una separación del Estado de los sectores populares, abandonaron la unidad Estado-Poder Comunal. Debemos construir una propuesta con las premisas históricas, con las características culturales y étnicas, como planteaba Carlos Mariátegui, en el tema de la cultura de los pueblos originarios, como lo ha planteado Evo Morales, ellos son parte de nexos culturales y sociales, tampoco el concepto de un Continente Mestizo, no puede obviarse en la construcción de una nueva sociedad para nuestros pueblos.
Pero por otra parte debemos enfrentar los antivalores en nuestra sociedad del capitalismo,  como son el consumismo, el individualismo, la falta de solidaridad, la competencia.  Estas características ha creado en el pueblo una pérdida de la conciencia social, que se refleja en nuestras comunidades, donde el ventajismo se impone creando falsos dirigentes, que no comprenden el trabajo comunitario. También debemos formar servidores públicos, porque nuestras sociedades están plagadas de burócratas que no cumplen sus funciones, generando problemas sociales, como el mal funcionamiento de cualquier proyecto económico, como la falta de una contraloría eficiente. Es indispensable cambiar los hábitos de nuestra sociedad, cualquier modelo social o socialista se debe sustentar en la eficiencia, en la productividad y en la participación popular. 
diegojolivera@gmail.com

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