viernes, 17 de junio de 2011
Ustedes saben que hablando del valor de cambio, del valor de uso y toda esa teoría que es muy buena, hay que analizarla bien y ahora con los lentes de la realidad que estamos viviendo de este nuevo siglo, de esta nueva circunstancia. Todo producto viene del trabajo, aquí hay trabajo, luego el capitalismo convirtió esto en mercancía. En el capitalismo esto no es agua para la vida, esto es mercancía; cuánto vale, cuánto cuesta más bien, porque le ponen un precio y el trabajo se convierte en mercancía. Todo se convierte en mercancía, hasta el trabajo. Ahora hay productos que no provienen del trabajo, del trabajo del hombre pues. La tierra no puede ser una mercancía que hace la Tierra, no se le puede poner precio a la tierra. El capitalismo le pone precio a la tierra, le pone precio al metro cuadrado —la hectárea vale tanto— la convierte en mercancía (…). La burguesía dice que ellos son eficientes. ¡Qué eficientes van a ser esos! Así cualquiera es eficiente según su forma de entender la eficiencia. Es decir, tengo el trabajo para explotar el campo, la tierra y los trabajadores para convertir el producto en mercancía y obtener ganancias para la podrida burguesía. Ese es el capitalismo. Hay que recordar esta máxima filosófica, política pero tan concreta como una piedra, como el Macizo Guayanés: “Solo la praxis transforma la consciencia”. No es la teoría, tú puedes estudiar mil libros y ser un teórico y teorético. Eso no te transforma. La teoría con la praxis, como lo dice también Mészáros citando a Carlos Marx. La frase de Marx: “La teoría sólo se convertirá en fuerza material cuando se apodere de las masas”. Simón Rodríguez lo dijo de otra manera. Fíjate esta frase de Simón Rodríguez un poco antes que Carlos Marx: “La fuerza material está en la masa. La fuerza moral en el movimiento
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