martes, 9 de junio de 2015

El Plan Colombia y la Guerra económica Tony Boza






Mentiras y cuentos sobre la economía venezolana: el control cambiario y la inflación

“ Todos los venezolanos deben adquirir libremente las divisas” Jorge Roig, Presidente de Fedecámaras.
Hay dos temas de la economía donde los opinadores son demasiado propensos a confundir a la gente. Estos temas son: el control cambiario y la inflación. En ambos casos la explicación más difundida va de la mano de la teoría cuantitativa del dinero o teoría monetarista (aplicada en Chile en tiempos del dictador Augusto Pinochet por los Chicago Boys y avalada por sus colegas locales del IESA Boys). Lo curioso es que tanto economistas de derecha como algunos de una supuesta izquierda coinciden en abrazar los mismos principios teóricos. Resulta asombroso el éxito que esta corriente del pensamiento económico neoliberal ha tenido en imponerse como “la explicación lógica e irrefutable” de ambos asuntos.
Los economistas de la derecha asumen su rol de propagandistas del sistema capitalista, del recetario del FMI y de los teóricos reconocidos por el establishment. El problema lo representan aquellos que dicen estar con el proceso revolucionario y logran confundir a nuestros propios militantes con sus confusas disertaciones y las desenfocadas recomendaciones que de allí se derivan.
Estos temas no son un asunto de simples conceptos o debates académicos, ellos están íntimamente vinculados con el futuro de la patria, entenderlos no es un problema de saber más o saber menos sobre problemas de economía, se trata de asumir la posición correcta ante una amenaza real contra la soberanía económica, política, social y territorial de Venezuela y poder actuar en una misma dirección para superar las adversidades.

Sobre el control cambiario

Jorge Roig, presidente de Fedecámaras, propone que “es necesario comenzar a avanzar sobre el desmontaje del control cambiario (…) Todos los procesos deben avanzar hacia un cambio único, libre y competitivo. Existe la necesidad de una unificación en el tipo de cambio, queremos un control de cambios único (…) todos los venezolanos deben adquirir libremente las divisas”. Por su parte el empresario de encuestas Luis Vicente León sentencia que el actual control cambiario “ya dio lo que iba a dar”1.
Los economistas de la derecha asumen su rol de propagandistas del sistema capitalista. El problema lo representan aquellos que dicen estar con el proceso revolucionario y logran confundir a nuestros propios militantes con sus confusas disertaciones.
El economista Víctor Álvarez (de izquierda) va un poco más adentro y dice que “el anclaje cambiario arruinó la economía (…) (el) empeño por mantener durante largos años tasas de cambio artificialmente bajas estimuló toda clase de importaciones que arruinaron la producción nacional. Con una tasa de cambio sobrevaluada, las exportaciones no petroleras perdieron competitividad internacional”.
Felipe Pérez Martí (también de izquierda) recomienda en este tema “Crear de forma inmediata un sistema de tres tipos de cambio: 6.3 para bienes prioritarios, 10 para bienes no prioritarios, y el libre para el resto de las transacciones. Entre cinco y siete meses, pasar a un régimen de flotación limpia con bandas, para unificar el tipo de cambio”.

El control cambiario fracasó

Todos coinciden en que hay que desmontar el control cambiario y en diagnosticar su fracaso. La razón principal para establecer el control de cambios era evitar la fuga de capitales, sin embargo ésta se ha incrementado sustancialmente. Pero es necesario aclarar que una política correcta puede fracasar por una mala implementación, lo cual es el caso que nos ocupa. Sin embargo, la derecha, y ciertos camaradas, proponen como alternativa dejar que actúen las fuerzas del mercado. Nuestra marcada diferencia con ellos no está en diagnosticar el fracaso del control cambiario, sino en las causas de ese fracaso, que repetimos, no son inherentes al diseño de la política cambiaria, sino que obedecen a factores extra económicos, como veremos más adelante. Y por supuesto también tenemos diferencias con las recomendaciones que se derivan de este diagnóstico.

Primer acto: no hay un verdadero mercado de divisas

Para “avanzar hacia un cambio único, libre y competitivo”, como propone Jorge Roig, debería existir un mercado cambiario, es decir, muchos oferentes y muchos demandantes de divisas, una amplia gama de participantes activos en el mercado, y en nuestro caso hay “un solo” oferente de divisas, el Estado venezolano, por tanto el mercado es más que “imperfecto”, simplemente no hay mercado. A menos que la burguesía esté dispuesta a traer los dólares que se han llevado al exterior y ofrecerlos en el mercado cambiario venezolano, cosa que no creemos vaya a suceder. Por tanto, esa “falla de origen” del mercado deja una sola alternativa “un control cambiaro que de verdad funcione”, es decir, que controle las divisas y garantice que se conviertan en mercancías y no en un torrente especulativo del mercado paralelo como existe hoy en día, y que además su inversión obedezca al Plan de la Patria para garantizar que se puedan utilizar para consolidar la Revolución. Es preciso recordar que el 97% de las divisas que entran al país las producen las empresas del estado venezolano, especialmente PDVSA.

Todos los venezolanos deben adquirir libremente sus divisas

La anterior afirmación del presidente de Fedecámaras es una oferta engañosa (por no decir que es una vulgar y llana mentira), la realidad es que sólo por la administración del control de cambios un gran número de venezolanos han tenido acceso a los dólares norteamericanos y a otras divisas. Antes de la Revolución Bolivariana el acceso a los dólares estaba restringido a una minoría (un fragmento de la clase media que rondaba apenas el 10% de la población). En los años 70, 80 y 90 nadie hablaba de dólares en ningún lado, ahora en cada rincón, acera, calle, kiosco, fiesta, reunión, en el taxi, en el autobús, en en el Metro no se habla de otra cosa. La implementación de un cambio único “libre y competitivo” como lo proponen los empresarios tiene como principal motivación que la burguesía controle el mercado de las divisas, volver a los “tiempos felices” de la cuarta República, cuando las divisas las adquirían unos pocos y se compraban frivolidades en Miami con ellas.
Liberar el mercado de los dólares (o la unificación cambiaria, que es casi lo mismo) es la acción que los burgueses necesitan se acometa para hacer el negocio redondo de sus vidas. Para tener ellos el control del mercado cambiario. Por un lado sus dólares en el exterior, que según cálculos conservadores ascienden a más de 508 mil millones de dólares (30 veces nuestras reservas internacionales), se pondrían a valer mucho más (dependiendo del nivel de devaluación que ellos logren imponerle al país), ya que pueden convertirse en los potenciales compradores de Venezuela, con una pequeña ayuda de sus socios imperiales (que de paso, son los que tienen la maquinita de hacer el billete verde), por lo antes apuntado, pueden traer al país sus dólares “revaluados” y hacerse de todos los bienes de capital, inmobiliarios y financieros a precios de gallina flaca.
Sólo por la administración del control de cambios un gran número de venezolanos han tenido acceso a los dólares norteamericanos y a otras divisas. Antes de la Revolución Bolivariana el acceso a los dólares estaba restringido a una minoría.
El economista José Gregorio Piña, en el programa de VTV El Desayuno, aseguró que de liberarse el dólar o de asumir la dolarización, el valor de esta divisa podría alcanzar rápidamente los mil (1.000) bolívares por dólar y además nadie podría garantizar que se detendría la inflación como aseguran sus proponentes. También la burguesía tendría un poder incrementado de chantaje sobre el Gobierno Revolucionario (y contra el pueblo) ya que tendría un mayor dominio de la economía y por su parte el Banco Central de Venezuela y el Gobierno Nacional perderían capacidad de manejo de las políticas monetarias, financieras, presupuestarias y fiscales. Resultaría en un profundo debilitamiento del Estado y un real fortalecimiento de la burguesía parasitaria y sus aliados del Norte.
Otro aliciente para la burguesía es que muchos de los bienes que actualmente tienen en nuestro país, adquiridos con el producto de las grandes fortunas amasadas en los recientes procesos especulativos, los han venido “indexando”2 a valores dolarizados, cualquier edificio, galpón, maquinaria (por muy desvencijada que esté) se pondrían “a valer” un montón.
Podemos concluir, por ahora, que cuando Jorge Roig dice que “todos los venezolanos deben adquirir libremente las divisas” se refiere a “todos los venezolanos que sean burgueses ”, y nada más.

La culpa es del “mal holandés”

La otra afirmación de que “el anclaje cambiario arruinó la economía”, como dice Víctor Álvarez, va de la mano con la teoría de la llamada “enfermedad holandesa”, que tanto les gusta aplicar a nuestros economistas, como buena receta prefabricada sirve para todo, como el Vick Vaporub. Lamentamos contradecirlos, pero la tan manida “enfermedad holandesa” o “mal holandés” no aplica del todo en el caso venezolano (mayor herejía). Veamos: “enfermedad holandesa es el nombre general que se le asigna a las consecuencias dañinas provocadas por un aumento significativo de los ingresos en divisas de un país (…) perjudicando la competitividad de las exportaciones no petroleras del país”. (Wikipedia).
El problema de aplicar fórmulas pre-hechas es negar la historia real de “carne y hueso” y las reales condiciones estructurales de la economía venezolana. Por fortuna podemos demostrar que el empresariado no petrolero (como tendencia dominante, sin negar que existan empresarios nacionalistas, emprendedores reales) se configuraron como clase parasitaria desde inicios del siglo XX, destinada a apropiarse de la renta petrolera, haciendo la menor inversión posible y sin ninguna disposición a desarrollar un parque industrial o proyecto de desarrollo productivo autóctono.
Para que aplique ciertamente, con todo rigor, el llamado “mal holandés”, ha de pre-existir en el país un sector realmente productivo de verdad verdad y con suficiente peso para impactar los valores macros de la economía (y no es el caso de Venezuela, por lo menos desde 1920 hasta hoy en día). Tal cuestión queda demostrada por “El Informe técnico económico de la Misión Fox”, realizado entre los años 1939 y 1940, que en el capítulo denominado “Estructura y nivel de los precios en Venezuela” explica que “con pocas excepciones, tanto las mercancías producidas en Venezuela como las importadas se venden a altos precios (…) muchos artículos se venden en Caracas por el doble o el triple de lo que se venden en Washington, y en algunas ocasiones al cuádruplo y hasta más”. También afirmaba que “hay que tener en cuenta que los mayoristas importadores son de hecho banqueros así como también comerciantes”3, es decir, el perfecto triángulo de la especulación.
La burguesía nacional tiene el “mérito” de estar a la cabeza en toda América Latina en fuga de capitales (40% en promedio, mientras que la colombiana apenas un 1%).
Los banqueros, liderados por Vicente Lecuna lograron imprimir su impronta a la economía desde la década del 30 del siglo XX, la que no aplica en la receta del “mal holandés”, es decir, la existencia de un sector productivo que se deprime por culpa del ingreso repentino de divisas, muy por el contrario, la burguesía comercial-financiero-importadora nació como factor especulativo, es su condición ontológica, han hecho una fiesta permanente de la captación de la renta petrolera. Valga aclarar, que no es el anclaje cambiario quien arruina la economía, sino el carácter parasitario-especulativo de la burguesía (aunque a algunos economistas les produzca dolor de oído esta afirmación). La burguesía no dejó de producir por culpa de los ingresos petroleros, sino precisamente lo contrario, nunca quiso producir (ni invertir) actuando solamente para apropiarse de la renta petrolera, aprovechando su posición de dominio del mercado (de banqueros-importadores-comerciantes, con las inversiones mínimas necesarias para tal tarea auto-asignada) aplicando precios especulativos para tal propósito. El pobre “mal holandés” acusado permanente de nuestros males, necesitaba para hacer sus estragos de la existencia previa de una burguesía productiva, que nunca existió. La burguesía nacional tiene el “mérito” de estar a la cabeza en toda América Latina en fuga de capitales (40% en promedio, mientras que la colombiana apenas un 1%). A tal punto que en el año 1985 Miguel Ignacio Purroy llegó a afirmar que en Venezuela había por parte del empresariado una “huelga de inversión”, lo cual queda demostrado en los datos que aporta el Banco Central de Venezuela desde los años 50 hasta la fecha, donde se refleja una curva descendente de la inversión, con tendencia a cero.

Poniendo la mesa servida para la dolarización

Llama la atención el marcado interés de la burguesía por dolarizar, liberar el mercado cambiario o llevarlo a la llamada unificación cambiaria, que significa amarrar directamente nuestra moneda al dólar. ¿Será que sienten la debilidad del Estado Nacional por los bajos precios del petróleo y la merma de dólares públicos y ven la oportunidad de tomar la ofensiva?
Alineados con los intereses del imperio, la burguesía que siempre ha jugado papeles segundones frente al gran capital, se la juega para darle un respiro a un gobierno de los EEUU que necesita a gritos ponerle la mano al petróleo venezolano. Es un juego de ganar-ganar con los gringos. A cambio de mendrugos, quieren entregar al país.
A pesar de la propaganda a favor del dólar, la verdad es que dicha divisa tiene mucho tiempo en franca devaluación, veamos lo que comentan Attilio Folliero y Cecilia Laya: “A finales de 2000 para comprar una onza de oro se necesitaban $ 274,5 a finales de julio del 2011 se necesitaban – como hemos visto antes – 1.628,5. Ilustramos la devaluación con un ejemplo concreto: Con $ 100.000 a finales de 2000 se compraban 364,36 onzas de oro; con esa misma cantidad de dólares, a finales de julio de 2011 se podía comprar sólo 61,41 onzas, una devaluación del 83,15%.
En los últimos doce meses, desde finales de julio de 2010 a finales de julio de 2011, el dólar ha perdido el 28,2%: hace un año con $ 100.000 se podía comprar 85,53 onzas de oro y hoy solamente 61,41 onzas.4
En el primer semestre de 2015 se ha forzado la imposición del tema y de acciones que intentan conducir a la dolarización de nuestra economía. Arreciaron desde la plataforma Dolar Today, inundaron los medios de comunicación con declaraciones sobre el tema y generaron rumores en esa tendencia. Estas acciones constituyen parte de un plan bien articulado, diseñado por EEUU con el concurso de varias fuerzas en el ámbito internacional y nacional.
El 28 de enero del año 2015, el CELAUP (Centro de Estudios Latinoamericanos Arturo Uslar Pietri, de la Universidad Metropolitana) realizó el foro “Crisis cambiaria y dolarización”, con la participación de Marco Naranjo Chiriboga, protagonista de la dolarización del Ecuador en el año 2000 y el economista Pedro Palma por Venezuela. El 4 de abril del mismo año, el grupo CEDICE impulsó el debate en un foro con un título más provocador: “La caída del Bolívar: la dolarización sus beneficios para Venezuela” con la intervención de Dora De Ampuero (Ecuador), Miguel Davila (Ex-Gerente del Banco Central de Ecuador), José Luis Cordeiro (Venezuela), quien lució en el evento una corbata el símbolo del dólar, y Williams Ruiz.
En el mes de mayo los ataques vinieron por cuenta de sindicalistas de las automotrices extranjeras (Ford y Toyota principalmente), con declaraciones tendenciosas imponiendo la matriz comunicacional de que había un pacto entre el gobierno y las concesionarias ensambladoras de automóviles, al mismo tiempo que Dolar Today incrementaba sensiblemente el precio del dólar guarimbero.

Pero… ¿Cómo ha resultado la dolarización en otros países?

Panamá no tuvo opción, se le impuso al separarla de Colombia en 1903. A pesar de estar dolarizada, los problemas sociales son muchos. El caso más publicitado de la dolarización de un país es la de Ecuador, al respecto el economista Alberto Acosta, a los 4 años de aplicarlo, nos dice: “El nivel de precios de la economía ecuatoriana, que ahora gozaría de un índice inflacionario de un solo dígito, es de los más altos de la región; además, su inflación es superior a la de economías vecinas sin dolarización: Perú, Colombia, Chile y la misma Argentina”. Al cuarto año de la dolarización la inflación acumulada en Ecuador era de 150% contra 11% en Estados Unidos, dueña de la moneda. Ecuador presentaba además un déficit comercial, a pesar de ser país exportador de petróleo. Las tasas de interés para el aparato productivo se elevaron al 18%, mientras que los empresarios pequeños debían pagar hasta un 40% y los prestamistas informales aplicaban tasas de hasta el 100%, por la restricción que provoca amarrarse a una moneda que no puedes acuñar, sino que depende de la capacidad de generar exportaciones. El Banco Central Ecuatoriano entregó sus funciones a la Reserva Federal de los Estados Unidos. Dice Alberto Acosta “de la dolarización salimos ordenadamente o que lo más probable es que ésta nos saque a patadas; tal como sucedió en Argentina”.
En el caso de El Salvador, este país aplicó la dolarización desde el 1 de enero de 2001, y los resultados más resaltantes son el descenso de la capacidad adquisitiva de la población y la pérdida de la soberanía monetaria, a pesar de que las tasas de interés descendieron también, la mayoría de los salvadoreños no tienen acceso a crédito barato. También se estancó el crecimiento, con una tasa promedio anual de 6.5% durante el período 1991-1995, la economía cayó a una tasa de 3.3% durante 1996-1999, para luego descender a una tasa promedio de 1.8% durante 2000-2001. Del 2005 en adelante el crecimiento económico pasó de 3.3% a 3.6%; en 2006 bajó a 3.9%; en 2007 fue de 3.8%; luego en 2008 bajó a 1.3%, en 2009 pasó a -3.1%; y para 2010 alcanzó el 1.4%.

La verdad sobre el dolar paralelo y el fracaso del control cambiario

El fracaso del control cambiario hay que buscarlo en la realidad, no en modelos de laboratorios económicos, para lo cual es preciso recordar que la economía es una ciencia social, no es una ciencia exacta de modelos rígidos y predecibles. El supuesto “valor” del dólar paralelo no es una simple resultante de las “fuerzas del mercado”, de la oferta y la demanda, de dividir la liquidez por las Reservas Internacionales (RIN) y un sin fin de malabarismos. Su explicación tiene más que ver con el diseño de una política desde el exterior para dañar nuestra economía. Por tanto, es en la realidad de la frontera colombo-venezolana donde debemos buscar nuestra primera pista para averiguar por qué se logra debilitar nuestro sigo monetario ¿quién tiene ese poder?. Evidentemente que no es una simple página web.

Es el Plan Colombia camaradas

En el año 2000, durante el gobierno de Andrés Pastrana, el Banco de la República (que viene siendo el Banco Central de Colombia) dictó la Resolución No. 08 del 25 de mayo de ese año, que significaba un acto de guerra contra nuestro país. El daño vendría años después con la desmovilización de los grupos paramilitares en Colombia durante el mandato del nefasto Álvaro Uribe Vélez, que permitió reorientar el accionar de estos actores en una nueva dinámica: la guerra económica contra Venezuela. Actores que ahora conforman un nuevo entramado militar-financiero denominados “cambistas” y que gozan del amparo legal del vecino país. “Algunos de estos grupos emergentes están conformados por desmovilizados que se han reincorporado a las actividades criminales, capturando porciones de las economías ilícitas antes controladas por los paramilitares”5. Son los mismos paramilitares, que ahora tienen nuevo traje. Sin embargo, su nuevo rol de “cambistas” está avalado por la legislación colombiana.

Situación actual del Plan Colombia

Las negociaciones de paz que se desarrollan en la Habana y la regularización de las relaciones EEUU-Cuba, han trasladado el énfasis del conflicto hacia Venezuela. Por un lado la crisis del capitalismo que afecta fundamentalmente a los EEUU, quienes tienen una situación fiscal muy comprometida, no les permiten hacer los aportes que antes venían haciendo. Los aportes a Colombia bajaron de 700 a 400 millones anuales en promedio, sin embargo, esta situación muy bien pudo haber sido compensada por la inmensa cantidad de dólares provenientes del narcotráfico y lavados en la frontera. Asimismo, la guerra económica contra Venezuela puede proveer otra masa importante de recursos financieros.
La punta de lanza actual del Plan Colombia es la Guerra Económica contra Venezuela. De allí que el Gobierno de Colombia tenga una particular política cambiaria del peso respecto al bolívar.

Banco de la República, paramilitarismo y Dolar Today

La punta de lanza actual del Plan Colombia es la Guerra Económica contra Venezuela. De allí que el Gobierno de Colombia tenga una particular política cambiaria del peso respecto al bolívar. Es un mecanismo que bien podría catalogarse como un acto de guerra contra nuestro signo monetario. Si usted abre el sitio Web del Banco de la República (El Banco Central de Colombia) el bolívar fuerte puede estar cotizado a más de doscientos (200) pesos. Si usted es un empresario colombiano y lleva bolívares desde Venezuela, usted recibirá algo más de doscientos pesos por cada bolívar que entregue al Banco de la República. Pero curiosamente, si usted es venezolano y va a la frontera, allí operan unos señores llamados “cambistas” (unas siete familias mafiosas, los mismos que lavaron los dólares del narcotraficante Pablo Escobar Gaviria) que le darán apenas cinco (5) o seis (6) pesos por bolívar ¿Es una operación ilegal? No, es una operación totalmente apegada a la ley colombiana. Ese es el truco. En la frontera colombo-venezolana, desde el lado colombiano, se crea un valor disminuido de nuestro signo monetario, es una especie de devaluación forzada. Es la extensión del Plan Colombia. Es el equivalente a las bases estadounidense en materia económica. Luego la página Web de Dólar Today lo que hace es ser simple fachada de este proceso perverso.
El piso legal a esta operación antes descrita la da la Resolución No. 8 del Banco de la República del 05 de mayo del año 2000 (Gobierno de Andrés Pastrana), donde se precisa la figura del cambista o “Profesionales de compra y venta de divisas”, que ha servido de plataforma para configurar un Estado dentro del estado colombiano, plataforma que tiene “masa monetaria” suficiente para actuar de forma determinante en la debilitación del signo monetario nacional (Bolívar Fuerte). Los cambistas tienen varias prerrogativas que posibilitan su gran poder para lavar dinero del narcotráfico, potenciar el contrabando de Venezuela hacia Colombia y de atacar nuestra moneda. Dentro de esas prerrogativas destacan dos particularmente importantes: la posibilidad de tener personal armado con armas largas (todo un ejército portando armas de guerra) y la de realizar operaciones cambiarias por inmensas cantidades sin necesidad de enterarlas a la autoridad bancaria, siempre y cuando se apeguen a la “normativa”, de la cual exponemos a continuación un fragmento (Resolución No. 8 del 05 de mayo del año 2000 del Banco de la República de Colombia):
“Obligaciones: Para poder comprar y vender profesionalmente divisas y cheques de viajero los residentes deberán cumplir, además, las siguientes condiciones:
a. Exigir y conservar una declaración de cambio por sus compraventas de divisas y de cheques de viajero, la cual deberá contener la identificación del declarante, del beneficiario de la operación y demás características que el Banco de la República reglamente de manera general.
En dicha reglamentación se definirá el monto a partir del cual deberá exigirse la declaración de cambio. Ver Resolución DIAN 07860 de 2006
b. Pagar en efectivo la compra y venta de divisas y de cheques de viajero cuando su monto sea hasta de tres mil dólares de los Estados Unidos de América (US$3.000) o su equivalente.
Montos superiores deberán pagarlos mediante cheque girado a nombre del vendedor de las divisas, con cláusula que restrinja su libre negociabilidad y para abonar en cuenta.
c. Reportar a la Unidad de Información y Análisis Financiero del Ministerio de Hacienda (UIAF), en los términos que ella disponga, cualquier operación en efectivo, en pesos o divisas, superior a diez mil dólares de los Estados Unidos de América (US$10.000). (Aquí caben todas las trampas del mundo. Usted puede lavar todo el dinero sucio, siempre y cuando lo divida en pedazos inferiores a 10 mil dólares, por ejemplo, 9.999,99 cada transacción y no necesita reportarlo al ministerio respectivo. Bendita lavadora. N.d.E.).
d. Reportar a la UIAF, en los términos que ella disponga, cualquier operación que consideren sospechosa de constituir lavado de activos o de estar relacionada con dinero de origen ilícito.
e. Suministrar la información y prestar la colaboración, que requieran las autoridades para sus propósitos de prevención de actividades delictivas, control cambiario o cualquier otro de su competencia”.
Durante la última década el dólar se ha venido depreciando en todo el mundo, menos en Venezuela donde se aprecia de manera forzada, incluso en Colombia el dólar tiene años depreciándose.
Ahora bien, estos elementos de la realidad, que se configuran como un Estado entre dos Estados-Nación, no son considerados en sus análisis por los economistas de la derecha. De esa realidad forjada es de donde Dolar Today obtiene los “valores” de relación entre nuestra moneda y el dólar, de hecho Dolar Today es apenas la fachada de esta trampa. De allí que pueda explicarse que durante la última década el dólar se ha venido depreciando en todo el mundo, menos en Venezuela donde se aprecia de manera forzada, incluso en Colombia el dólar tiene años depreciándose producto de la sobre oferta del billete verde proveniente del narcotráfico. En este sentido lo plantea Mauricio Cabrera “A manera de hipótesis, pues es una labor más detectivesca que económica, se pueden plantear por lo menos tres razones que permitirían afirmar que si antes los narcotraficantes solo traían al país una muy pequeña porción del valor del mercado de la droga (se dice que solo un 5 ó 10 por ciento), en lo últimos años han aumentado este porcentaje, dejando en el país una mayor parte del generado por el negocio. La primera es la misma revaluación: con una caída del 49 por ciento en el precio del dólar hasta llegar a 1.800 pesos, es lógico que los narcos tengan que traer más dólares para cubrir los costos domésticos de producción, transformación, distribución y corrupción.”6
Entonces seamos realistas, la situación de descontrol cambiario está lejos de explicarse con factores estrictamente económicos.
Por otro lado, una vez debilitado el bolívar, se pueden adquirir muchos de estos bolívares debilitados con pocos pesos, lo que resulta el negocio redondo para contrabandistas y narcotraficantes, ya que logran poseer (forzadamente) pesos sobrevaluados, con los que obtienen en nuestro país medicinas, combustibles, lubricantes, alimentos y un sin fin de mercancías, incluyendo aquellas que están subsidiadas por nuestro Gobierno Revolucionario, destinadas a los sectores más necesitados y que son desviadas por estos delincuentes hacia el mercado interno colombiano.

Los cuentos sobre la inflación

En este tema también ciertos economistas se han vuelto muy predecibles (compruébelo usted mismo-a-), tome una opinión de cualquiera de ellos sobre las causas de la inflación, no importa si la fecha es de la década de los noventa del siglo XX, del año 2001 o de mayo de 2015, el recetario es muy limitado, las causas esgrimidas van a ser tres (3) y nada más que tres (3) según estos señores: 1) la descontrolada emisión monetaria por parte del Gobierno Nacional (variantes: BCV y PDVSA ayudando a crear dinero inorgánico); 2) el déficit fiscal (culpa del Gobierno) y 3) los aumentos salariales (culpa de los trabajadores). La burguesía nunca tiene responsabilidad en esta materia.
El mismo economista Álvarez, desde su perspectiva monetarista insiste “El creciente déficit fiscal y su financiamiento a través de continuas emisiones de dinero sin respaldo por parte del BCV, han pulverizado el bolívar y vuelto sal y agua los salarios reales. ( … ) Comprender y respetar las leyes que rigen la economía deviene en un asunto elemental para reestablecer los equilibrios económicos. ( … ) Tanto el gobierno -a través de una rigurosa disciplina fiscal-, como el BCV -a través del control de la liquidez monetaria-, están emplazados a cumplir con el mandato constitucional de defender y preservar el valor del bolívar”. Es muy difícil defender y preservar el valor del bolívar siguiendo el mismo recetario del FMI, sino pregúntenle a Grecia.
Por su parte el también economista Felipe Pérez Martí, en un largo escrito llamado ¿Qué hacer?, dispara con la misma escopeta monetarista cuando afirma “además, el gasto social y el estímulo productivo se han convertido en inflación, y no en producción, en presencia de un régimen cambiario y unas políticas de importación que han perjudicado el desarrollo productivo, sobre todo por la emisión de papel moneda por parte del Banco Central”. Pero para quedar más claramente anotado en el ala monetarista, exculpando al mismo tiempo a la burguesía, afirma “En la mayor parte de estos 14 años, se ha culpado a la burguesía, o al sector privado, de la inflación. Aunque es cierto que en la inflación hay un componente del poder de mercado que ha adquirido una parte del sector privado, la inflación en este período, sin meternos a analizar períodos anteriores, es un fenómeno preponderantemente monetario” ¿Quedó claro? Con consejeros así, es mejor andar desaconsejado.
Para dar más claridad al asunto, exculpando a los capitalistas y burgueses vilipendiados, el economista y ex-ministro Felipe Pérez Martí arenga a unos y otros para salir de la crisis: “Por eso el llamado no es solo a los revolucionarios que creen realmente en el socialismo, sino a los empresarios que creen en el capitalismo y el liberalismo. Afortunadamente, el acuerdo a que se puede, y se debe, llegar, es entre verdaderos socialistas, y verdaderos capitalistas: levantemos la capacidad productiva del país sobre bases sólidas. ¡Y que triunfe el mejor modelo! ¡Honestamente hablando!” (¿Qué Hacer?). Después de tanto nadar, nos ahogamos en la orilla. Está claro que según Pérez Martí no importa para nada “el modelo”, bien puede ser el capitalista (aún alberga esperanzas de que el capitalismo nos pueda ayudar), lo trascendente según él es la “capacidad productiva”. No aclares que oscureces.

Ni déficit fiscal ni emisión monetaria: son las tasas especulativas de la burguesía

Muy lejos de estos modelos monetaristas esgrimidos por nuestros ilustres economistas de derecha y de izquierda, la realidad verdadera apunta en otra dirección. Empeñados como están en verse el ombligo, no miran por la ventana: los hechos.
En nota de prensa aparecida en el diario El Impulso el 31 de enero de 2015, Felipe Pérez Martí nos recuerda que: “es necesario hacer un ajuste fiscal y cerrar la brecha del déficit que en estos momentos pudiera estar en un 20% del Producto Interno Bruto”7. Todo esto enmarcado en una línea de análisis que culpa al gobierno de la inflación. Aunque sobre esta materia se puede consultar en otra obra del autor8, siempre es bueno insistir en el desmontaje de esta burda teoría monetarista que siempre se pretende presentar como una ciencia exacta, inapelable, docta e inequívoca.
Sobre el manido argumento de la expansión de la emisión monetaria, el Banco Central de la República Argentina hizo un estudio en 20 países, comparando emisión monetaria e inflación y los resultados estaban muy alejados del modelo monetarista. El analista Cristian Carrillo del diario Página 12 nos comenta al respecto: “Según el relevamiento del BCRA, desde la debacle financiera global hasta junio de este año, el mayor aumento de la base monetaria fue para Suiza, con un incremento de 369,8 por ciento, aunque su inflación acumulada en el último lustro ascendió a 0,2 por ciento. Le sigue Reino Unido, con un 282,5 por ciento de aumento de la base monetaria y una inflación de 9,6 por ciento, y Turquía con 220,2 y 50,9 por ciento, respectivamente. La enumeración contempla aumentos de base monetaria y precios desde 2008 en Brasil, con 178,9 por ciento y 36,8 por ciento, Chile (85,3 y 13,3 por ciento), Colombia (72,1 y 16,9 por ciento), Perú (109,7 y 15,7), Corea del Sur (66,6 y 14,4 por ciento), Indonesia (102,8 y 30,7 por ciento), Sudáfrica (52,7 y 35,3 por ciento) e India (93,7 y 47,0 por ciento.
Entre los desarrollados, Estados Unidos incrementó en 134,6 por ciento la base monetaria –un 73,4 por ciento el dinero transaccional– mientras que la inflación fue en dicho período de 12,7 por ciento, en tanto para Japón los guarismos fueron 140,4 y 1,7 por ciento. También hay casos inversos. La emisión de la Eurozona avanzó 1,8 por ciento y su inflación fue de 9,6 por ciento.”9
Como ustedes pueden ver (con permiso de los Robertos) no existe relación determinante entre inflación y emisión monetaria, salvo en los cerebros de los economistas monetaristas de por estos lares. En el caso antes citado, Suiza tiene una relación casi de 1000 a 1. Incremento en un mil por ciento la masa monetaria y apenas aumento un punto de inflación acumulada en esos seis años estudiados por el BCRA. En el caso de la Eurozona, es justo al revés, incremento dos (2) puntos la emisión monetaria y la inflación llega casi a diez puntos (10%). Es una relación uno a cinco, en sentido contrario a la de Suiza ¿La teoría monetarista qué dice de esto? Muy poco que decir.
El estudio del BCRA también agrega, para aclarar en qué condiciones la emisión monetaria podría generar inflación: “Una política expansiva podría generar aumentos de precios pero sólo en proporción de la situación del ciclo económico (brecha del producto, niveles de desempleo, grado de utilización de la capacidad instalada) y de las expectativas de los agentes. En definitiva de cómo estén operando los distintos canales de transmisión de la política monetaria”.

El déficit fiscal tampoco ayuda a los monetaristas

Sobre el déficit fiscal los datos tampoco favorecen a los señores monetaristas, según información aportada por la plataforma DatosMacro10 los niveles de inflación tienen poco o ninguna relación con los niveles del déficit fiscal para el año 2014 en un grupo de países estudiados. Por ejemplo, España con un déficit de 7,10% (siempre es respecto al PIB) tiene para ese año una inflación negativa de -0,1 (hubo una deflación o baja de precios). Sin embargo esta disminución de precios no implicó un mayor consumo por parte de los españoles, entre otras cosas por los altos niveles de desempleo y por las desmejoras salariales y de pensiones que el FMI ha impuesto a estos países.
Otro país con un alto déficit fiscal es Grecia con 12,7%, superior al de Venezuela que apenas llegó en 2014 al 10,36%, y el país heleno también tuvo una inflación negativa, los precios bajaron con un indicador de -1,7%. El caso de Grecia es más dramático, el gobierno anterior al actual de Alexis Psypras, tuvo que crear un decreto para permitir que los comerciantes pudiesen vender productos alimenticios con fecha de vencimiento pasada o vencida, ya que a pesar de la baja en los precios, la gente no podía comprar los alimentos, por la tragedia económica y social del paquetazo impuesto por la llamada Troika (El FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea).
Kuwait con un déficit fiscal de 32,22%, tres veces superior al de Venezuela, apenas llegó a alcanzar tres (3%) puntos porcentuales de inflación, mientras que Libia con 27,81% (casi tres veces también el de Venezuela) la inflación fue mucho más baja, de apenas 1,1%.
Alemania con un déficit de 0,19% alcanzó una inflación de 0,8%. Italia tres puntos (3%) de déficit contra 0,1% de inflación. Reino Unido 5,8 contra 1,3. Japón 8,71 contra 2,9. Irlanda 7,2 contra 0,2. Y así cada caso es una relación diferente, y en todas la única cosa común del déficit y la inflación, es que no hay nada en común. No hay relación. Pero los opinadores de oficio de la economía nacional siguen con su perorata de que el responsable de la inflación es el gobierno por incrementar la masa monetaria, incrementar el déficit fiscal y por aumentar los salarios.

Derrotaremos la Guerra económica

Es de vital importancia aclararnos los conceptos, no se trata de un simple acto discursivo o académico, se trata de definir bien el momento histórico, explicarnos bien las causas de la situación que hoy atraviesa la Patria. Unir todos los esfuerzos, el de cada venezolana y cada venezolano, el del pescador en el oriente o en el occidente del país, el de la enfermera y el obrero, el de el maestro y la profesora, el del ingeniero y la doctora, el del militante del Psuv y el de que no le gusta militar en partidos. Hay que caracterizar bien el momento. Hay que ponerle rostro al enemigo. La guerra económica tiene la particularidad que es compleja, logra confundirnos, nos agobia y nos cuesta entenderla. Es una corriente difusa, sin rostro, fácil de trasladar las “culpas” a quien no las tiene, mientras que los verdaderos causantes de ella pasan desapercibidos.
Debemos consolidar la unión del pueblo trabajador, la unidad de la clase frente a la burguesía nacional y transnacional. Debemos actuar como una sola voluntad, amalgamada, férrea, en una misma dirección.
Hoy es el momento preciso para la consigna Unidad, Lucha, Batalla y Victoria.
Viviremos y Venceremos

1. Diario Panorama, Sección Actualidad, Lunes 1 de junio de 2015, p. 14.
2. Indexar: es actualizar el valor de un bien y “se aplica a instancias de la corrección de los precios de determinados productos de consumo, salarios, tipos de interés, entre otros, con la misión de equilibrarlos y acercarlos al alza general de precios”. Definicion ABC http://www.definicionabc.com/general/indexacion.php
3. El informe técnico económico de la Misión Fox. Colección Memoria de la economía venezolana. BCV. 2006.
4. Folliero, Atilio y Laya, Cecilia. La devaluación del dólar y las demás monedas en relación con el oro. En aporrea.org
5. Rojas, Diana Marcela. PLAN COLOMBIA II: ¿más de lo mismo?
6. Cabrera Galvis, Mauricio. Narcotráfico y revaluación. Mayo 26 de 2008
7Salas, Juan B. Es necesario liberar tipo de cambio para dinamizar la economía. Diario El Impulso. Enero 31 de 2015.
8. La Guerra contra el Pueblo: Reflexiones para el contraataque popular. Ediciones de la Fundación Construyendo Ciudadanía y algunos escritos del sociólogo Luis Salas como los “Escritos desde la Guerra Económica”. Editorial El Perro y La Rana, del economista José Gregorio Piña El Mito de la “Maquinita” que se descarga de Internet o de Fernando Pisani “Inflación: caballo de Troya del neoliberalismo”. Editorial De Un Tirón. Se descarga de Internet.
9. Carrillo, Cristian. Emisión e inflación. Diario Página 12. Domingo, 23 de noviembre de 2014.
10. En www.datosmacro.com y también es.tradingeconomics.com/libya/inflation-cpi
claroeconomia.wordpress.com

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