martes, 8 de julio de 2014

Ministro Villegas desmiente que vaya a instalarse retén policial en El Helicoide

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A lo largo de estos últimos 15 años, en los que el pueblo venezolano ha venido impulsando un proceso de transformación revolucionaria, guiado por el Proyecto de país del Comandante Chávez, destinado a liberar a la nación del yugo imperialista y a transitar el camino de la redención social; la nación ha estado sometida a un ataque despiadado e inclemente de parte de  la burguesía lacaya local, en connivencia con el centro imperial.
Ha sido más que evidente que los enemigos del pueblo venezolano al  sentirse desplazados del poder político y ver amenazados sus egoístas intereses optaron por poner en práctica, desde el primer instante,  una estrategia desestabilizadora con el ánimo de truncar y derrocar al gobierno del Comandante Chávez, en un primer momento y, luego, al de su sucesor, el  Presidente obrero, Nicolás Maduro Moros.
Para tales efectos, estos sectores, que desde siempre desconocieron la legitimidad del proceso bolivariano, han hecho uso de las más diversas formas y métodos de lucha con miras a tratar de lograr sus nefastos propósitos, desde la participación electoral para luego cantar fraude, la abstención electoral, hasta golpes de estado, pronunciamiento militares, paros empresariales y petrolero, guarimbas, dispositivos con paramilitares,  planes magnicidas, sabotajes eléctricos, inducción al caos y al terror psicológico, manifestación de masas estudiantiles especialmente de instituciones privadas, movilizaciones  de clase media, manipulación de ONGs, guerra económica, financiamiento exterior, presión de la derecha internacional, activación de figuras de la farándula, instalación de barricadas, en fin, todo lo que cabe en los manuales de desestabilización elaborados y puestos en prácticas por las agencias de inteligencia y terroristas imperiales.
Acciones estas, terribles y criminales, terroristas y fascistas, desde todo punto de vista, a las que el pueblo venezolano con la revolución bolivariana y chavista les ha sabido dar respuestas precisas y certeras aún cuando el saldo ha sido muy elevado: en vidas humanas y heridos, daños al patrimonio público y al ambiente y en la afectación a la psiquis colectiva de la ciudadanía. Y en las que se observa una constante que se hace presente como eje transversal que soporta y sirve de hilo conductor a toda la estrategia desestabilizadora: la manipulación mediática o guerra de cuarta generación, en la que interviene todo el complejo y sofisticado arsenal comunicacional imperialista y las empresas mediáticas privadas locales, orientada a enajenar a nuestra población de la realidad concreta.
Para los comunicadores populares, alternativos y comunitarias no se nos escapa, el hecho cierto y comprobable que los distintos países que han sido intervenidos militarmente por el imperialismo, desde la guerra de Vietnam, en la década de los años sesenta, del siglo pasado, han sido sometidos al asedio comunicacional más implacable antes de la acción propiamente militar. Por ello, tenemos clara, como la luna llena, la comprensión del peligro que gravita sobre nuestro pueblo ante el asedio mediático al que ha sido sometido el país, en estos últimos años, por parte de la canalla comunicacional internacional y la local apátrida.
Más aún, cuando es ampliamente conocido que nuestro país es el reservorio de hidrocarburos más grande del planeta tierra y las reservas energéticas del centro imperial tienden, inexorablemente, a agotarse y, por tanto, su preocupación como potencia en declinación es la de garantizarse fuentes seguras de aprovisionamiento energético. Irak, Libia, países petroleros, miembros de la OPEP, son ejemplos concretos de lo que puede pretender el imperialismo estadounidense con la nación venezolana.
Los comunicadores populares, alternativos y comunitarios estamos aleccionados acerca del carácter estratégico de la confrontación comunicacional, planteada en nuestro país, entendiendo, en ese sentido, que es nuestro primer deber y nuestro compromiso insoslayable comunicar al pueblo la situación presente; insistiendo, además, en la necesidad de preservar la unidad estratégica del pueblo, por encima de las diferencias circunstanciales que puedan surgir; idea-fuerza que nos compromete a nosotros mismos a mantener y cultivar nuestra propia disposición unitaria en el marco de la diversidad en la que nos desenvolvemos.
Por estas mismas circunstancias, asumiéndonos como movimiento social, nos declaramos abiertos al encuentro con otros movimientos sociales coincidentes en la comprensión de salvaguardar la Patria y en la necesidad de defender al gobierno presidido por el compatriota Nicolás Maduro, dentro del propósito histórico de fortalecer la revolución bolivariana, estimular la integración nuestroamericana y preservar, consolidar y profundizar el legado del Comandante Chávez.
Entendemos, por otra parte, que en esta puja comunicacional planteada, que es la del pueblo en contra del aparataje mediático imperial y lacayuno, al servicio de la derecha local e internacional, se hace imperativo hacer uso de todos los medios posibles desde los más avanzados tecnológicamente hasta los más modestos y artesanales, haciendo acopio de los poderes creadores del pueblo, que, en última instancia es donde está  concentrada la sabiduría ancestral y la prolífica inventiva y creatividad social.
Los comunicadores populares, alternativos y comunitarios nos proclamamos, sin ambages, en aliados estratégicos del sistema de medios públicos en la defensa de la gestión gubernamental y  en la exaltación de la verdad, la verdad del pueblo trabajador, esa que la mediática privada se ha encargado de esconder y manipular desde siempre; alianza que, en ningún caso, nos compromete a solapar lo que consideremos no se corresponda con los intereses del pueblo y con los principios de justicia social que animan a la Revolución Bolivariana y Chavista.
Como brazo comunicacional del pueblo, la comunicación popular, alternativa y comunitaria ha jugado y está llamada a ocupar un papel, cada vez, más relevante en la guerra comunicacional en pleno desarrollo que se libra en la Patria de Bolívar como expresión de la lucha nacional y social desplegada en aras de la defensa de la venezolanidad y de nuestro destino como pueblo.

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